Panteones recobran vida con festejos a los angelitos

Después de casi dos años de pandemia, también se apreció la venta de guajolotes, las enchiladas, gorditas y el pescado frito

Verónica Ruiz | Diario de Querétaro

  · martes 2 de noviembre de 2021

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Este 1 de noviembre con motivo del Día de Todos los Santos, regresó al Panteón Cimatario el color de las flores, del papel picado y los globos sobre las tumbas, para recordar a los pequeños difuntos que partieron en la plenitud de su infancia.

También regresó la algarabía a las afueras del recinto por la venta de las flores, así como el olor que desprenden los guajolotes, las enchiladas, gorditas y el pescado frito que se ofertan en los pocos puestos que este año se instalaron sobre la calle Luis M. Vega.

En las inmediaciones de la zona, personal de Movilidad, Policía Municipal, Inspección Municipal y Protección Civil mantuvieron presencia, y mediante perifoneo se recomendó a los visitantes, las medidas sanitarias que deberían cumplir al interior para prevenir riesgos de contagios.

Tras casi dos años de pandemia por Covid-19, la revisión fue exhaustiva en la entrada del panteón con la instalación de filtros sanitarios, donde personal municipal hizo la toma de temperatura y entrega de gel antibacterial a los visitantes.

En el acceso principal, también se retuvo el lunch que algunas personas pretendían ingresar para degustar al interior, y se negó la entrada a una pareja de personas adultas mayores tras revelar que tenían más de 65 años de edad.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

De igual forma, se recomendó que no entraran más de cuatro personas por tumba, lo que no todos los asistentes cumplieron, pues había hasta diez personas arreglando el sepulcro de un difunto. En esta ocasión, el celular y las bocinas suplieron a los grupos de musicales.

En comparación con años anteriores, este lunes era poca la afluencia de personas que iban y venían por los pasillos del panteón, pero muchas tumbas ya lucían llenas de flores, papel picado en sus alrededores y globos.

Hubo incluso aquellas tumbas que lucían en su interior dos muñecas Lele, calaveritas de dulce y chocolate, juguetes, dibujos hechos a mano y rehiletes; y no faltó quien rompiendo las reglas, llevaron sus tortas y bebidas para el almuerzo.

Tampoco faltaron los cargadores de agua, que llevaban el servicio por una cooperación, ni aquellos que realizaban trabajos de mantenimiento, pintura y limpieza a las tumbas por unas monedas.

En esta ocasión, los visitantes no solo llevaron regalos a los pequeños difuntos, también se adelantaron y visitaron a sus difuntos mayores, para evitar las aglomeraciones que tradicionalmente se registran los días 2 de noviembre.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro