El primer movimiento estudiantil que mantuvo en paro de actividades a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), cumplió un año y las reflexiones en torno a lo que generó entre la comunidad son diversas, pero coinciden en que puso el tema de la violencia de género y la necesidad de erradicarla como centro de atención.
Samantha, Ramón y María José, son egresada y estudiantes de las Facultades de Filosofía y Artes, y consideraron que los estudiantes que participaron de manera activa en el paro contribuyeron a regenerar una comunidad que arrastraba aislamiento y dispersión, sobre todo por los dos años de pandemia que los mantuvieron lejos de la presencialidad.
Samantha cursó prácticamente la mitad de su licenciatura en Historia, hoy ya concluida, en la modalidad a distancia, dadas las restricciones por la emergencia sanitaria. La egresada reconoció que la comunidad de su facultad pudo haberse dividido entre quienes participaron activamente en el paro y quienes no, además de que el hecho de que se hubiera señalado directamente a personas de la comunidad por actos de violencia de género es un tema que sigue siendo sensible.
Entre los logros del movimiento estudiantil, la egresada consideró que la elaboración de los pliegos petitorios por unidades académicas es un gran avance sobre el cual se puede continuar trabajando, mientras que el principal pendiente que consideró necesario es el respaldo de las autoridades universitarias. Refirió que la atención por parte de la Unidad de Atención a Violencia de Género y el respaldo hacia quienes están en situación de víctimas es algo que aún necesita mejorar.
Ramón y María José consideraron que ha habido avances significativos, sobre todo respecto a la modificación del protocolo de atención, así como también la inclusión de puntos del pliego petitorio en el estatuto de la UAQ y la elaboración del pliego de su Facultad son de los principales logros durante el primer año del movimiento estudiantil.
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Los tres estudiantes concluyeron que el nombrar la explanada de la rectoría como conmemoración del movimiento y el poner sobre la mesa otros temas como el lenguaje inclusivo y el respeto a las diversidades sexuales son algunos de las consecuencias más evidentes del paro, puesto que fueron temas constantes.
Samantha refirió que, junto con otros estudiantes, se encuentran elaborando un archivo histórico del movimiento estudiantil al que cualquier persona puede hacer aportes en distintos formatos en las oficinas de La Madriguera, en la Facultad de Filosofía.