El paro estudiantil logró evidenciar una problemática que no había sido posible abordar de manera contundente por medio de otras estrategias, de acuerdo con la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Teresa García Gasca.
La académica señaló que fue desde 2018 cuando se creó la Unidad de Atención a la Violencia de Género (UAVIG) y el protocolo para abordar los casos que ahí llegaran. El documento ya había tenido varias modificaciones y adecuaciones para mejorar su operatividad, ahora la versión que se trabaja también cuenta con la participación de los estudiantes.
“Durante ese lapso no se había logrado que la comunidad se diera cuenta del problema tan importante que estábamos viviendo en la universidad en todos los sentidos, así que el movimiento fue muy muy importante, además de que nos hizo reconocer el problema, nos hizo reflexionar y mejorar, cambiar muchas de las cosas que estábamos tomando o no tomando en cuenta, a un año del paro creo que hemos avanzado mucho, falta, desde luego, todavía será necesario mucho más trabajo”.
La rectora consideró que siempre será un trabajo inacabado porque los tiempos y los discursos van cambiando. Señaló que en un principio había mucha resistencia por parte de los hombres de la comunidad universitaria, sin embargo, esto ha ido cambiando, pues ahora hay mucha más disposición y diálogo.
Al igual que los estudiantes entrevistados por Diario de Querétaro, la rectora reconoció la importancia de que se hayan generado doce pliegos petitorios por unidad académica como puntos de partida para el trabajo colaborativo en la materia, además de que también identificó como un logro del movimiento la socialización de la existencia de la UAVIG y del protocolo de atención, puesto que había mucha desinformación al respecto.
“Había mucha desinformación en las y los estudiantes en su momento con respecto al protocolo y la UAVIG, desinformación en el sentido de que no los conocían, muchas y muchos estudiantes tenían aquí ya dos años de estudiar en la universidad y nunca habían estado en la universidad, entonces poco conocían de los procesos de los protocolos y se fueron dando cuenta durante el camino”.
García Gasca consideró que la delimitación precisa de las competencias de la UAQ en los casos de violencia de género es una cuestión de mejora en la versión actual del protocolo, puesto que es importante dejarlas claras y evitar que se generen falsas expectativas y atribuciones desmesuradas.
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A pesar de que reconoció que el paro fue una crisis, consideró que ha podido irse superando por parte de la comunidad universitaria, por lo que lo que queda es continuar con trabajo, dada la complejidad que implica la violencia de género y su relación con otras violencias, como la familiar.
“Siempre digo yo que las crisis sirven para sacudirnos y para sacar lo mejor de nosotros y eso sucedió con el paro. Sí, fue un momento de crisis desde luego, pero pues fue una crisis, que afortunadamente la comunidad universitaria ha podido resolver. Estamos en proceso de muchas cosas, porque el tema de género no se resuelve con una varita mágica, tenemos que ir transitando. Tenemos que ir aprendiendo. Tenemos que ir cambiando las cosas de fondo de manera estructural”.
