Alejandro perdió la pierna derecha a los 13 años como resultado del accidente que tuvo un autobús de pasajeros donde viajaba tras haber salido de la secundaria en Tepotzotlán, Estado de México. A pesar de eso lleva una vida normal; tiene tres hijas y una nieta.
“Aprendí que hay que aceptar las cosas. Ya sólo terminé la secundaria, porque no había recursos para seguir con los estudios. Cuando regresé a terminar la escuela mis compañeros me apoyaron, nunca me hicieron a un lado, igual iban por mí para jugar o a nadar. Eso fue algo que me ayudó mucho”, afirmó.
A sus 44 años pertenece a la Asociación Mexicana de Futbol de Amputados, y lo hace como defensa lateral en cualquiera de los dos lados. Apoyado con unas muletas, actualmente hace dominadas con el balón en los cruceros.
“Siempre he jugado futbol, pero a partir de que inició el equipo de amputados me nace esta actividad. Es un equipo en el que se juega en una liga a nivel nacional y entrenamos cada dos semanas en Celaya, para conocernos más en el estilo de juego”, expresó el nacido en la Ciudad de México.
Al inicio de la conversación compartió parte de la tragedia que lo marcó para toda su vida, y a lo cual se ha sobrepuesto con su carácter amigable y con el ánimo de sacar adelante a su familia.
“Tuve un accidente a los 13 años en transporte público; al salir de la escuela me subí al camión y se accidentó más adelante. Ahí fue donde perdí la pierna en 1993 en Tepotzotlán, Estado de México”, indicó.
Alejandro comentó que siempre muestra una buena actitud, con lo que afirma que ya pudo superar lo que le sucedió. “Me queda claro que tengo una discapacidad y tengo que vivir con ella, hasta que Dios diga”.
Agregó que tiene tres hijas, de las cuales una de ellas tiene 23 años, otra de 21, una de 14 y una nieta de cinco años. En Querétaro reside desde hace seis años.
Al hablar del equipo al que pertenece es Celaya S.A., donde va cada dos semanas a entrenar, mientras que juegan cada mes con el equipo que les toque dentro del torneo de la Asociación Mexicana de Futbol de Amputados.
“Más que nada, tenemos la oportunidad de conocer más personas con nuestras mismas condiciones, así como historias diferentes, y ahí hacemos compaginación para hacer amistades”, refirió Alejandro.
Sobre la posición que juega en el Celaya S.A. mencionó que se desempeña como lateral en cualquiera de los dos lados.
Aclaró que lo que le sucedió a los 13 años causó un gran impacto tanto para su familia como para sus mismos compañeros de secundaria. “Qué va a hacer, por qué a él, por qué tan pequeño”, fueron algunas de las expresiones que Alejandro escuchó cuando tuvo que salir avante de lo ocurrido.
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Dijo que además de lo que hace que es jugar futbol y hacer dominadas en los cruceros a pesar de la intensidad de los rayos solares, lo han invitado a dar pláticas motivacionales en los anexos.