El obispo de la diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez aseguró que cada año crece el número de jóvenes y niños que se integran a la peregrinación, lo que convierte este movimiento en una tradición y herencia queretana para las próximas generaciones.
“Cada vez es más creciente, cada vez hay más presencia de niños y jóvenes y creemos que es una expresión de lo que es Querétaro, un pueblo religioso, un pueblo de fe que es donde tenemos mucho que aprender todavía”.
Al inicio de la segunda semana de la peregrinación, los grupos que partirán desde Querétaro ya se empiezan a organizar para emprender el camino hacia la Basílica de Guadalupe.
“Hemos caminado la sierra y creo que tanto hombres como mujeres expresan esa actitud de gran devoción a la eucaristía, momentos de oración importantes que los fortalecen en el camino y que sierpe abonan para la fraternidad en la columna porque es importante caminar unidos porque la peregrinación siempre es evangelizadora”.
Reconoció también las muestras de solidaridad de los vecinos y habitantes de las comunidades por donde pasa la peregrinación, pues ahí siempre se les ofrece algo a quienes caminan con fe.
“En todas las comunidades por donde vamos pasando siempre hay providencias, siempre hay algo para que el peregrino tenga un sustento alimenticio en su recorrido”.
Armendáriz Jiménez reconoció que hasta el momento no se hayan registrado incidentes en las dos columnas y espera que siga en esta tónica la peregrinación.
“Ha sido una peregrinación donde esta Dios hay paz entonces en ese sentido le tenemos que agradecer a Dios esta presencia protectora de la santísima virgen y que tenemos la convicción de que nos va ayudando en el camino”, finalizó.