En ceremonia presidida por monseñor Martín Lara Becerril se entregaron medallas a peregrinos que cumplieron 25, 50 y 75 años participando en la caminata hacia el Tepeyac.
El contingente de varones llegó al campo Juan Pablo II en el municipio de Polotitlán, Estado de México, reuniendo a miles de fieles..
Estos reconocimientos subrayaron el compromiso y la perseverancia de los peregrinos, quienes año tras año emprendieron el recorrido hacia el Tepeyac.
Martín Lara dirigió la ceremonia y destacó la importancia de reconocer el compromiso y la perseverancia de los peregrinos que, año tras año, han realizado el recorrido hacia el Tepeyac. En su discurso, subrayó la necesidad de dar frutos y mencionó que la palabra de Dios ha sido sembrada en el corazón de los participantes.
“Hermanos peregrinos hoy en este día que celebramos la santa eucaristía en este lugar tan lleno de vida quiero decirles que es necesario dar fruto. La palabra de Dios se ha sembrado en su corazón. Desde que salimos de la Sierra no hemos dejado de escuchar la palabra de Dios”.
El campo Juan Pablo II se convirtió en un punto de encuentro importante en esta peregrinación, ofreciendo un espacio para el descanso y la reflexión antes de continuar con su travesía. La comunidad local brindó apoyo logístico y hospitalidad, asegurando que los peregrinos contaran con las condiciones necesarias para recuperar fuerzas.
Durante la ceremonia, monseñor Lara Becerril también hizo referencia a la importancia de los cantos que acompañaron el evento, indicando que estaban inspirados en la palabra de Dios y en el corazón de los participantes.
“Si se fijan los cantos están inspirados de Dios y es la palabra de Dios en el corazón. Estos hermanos nuestros sentados al frente. Los que cumplen 75 años de peregrinos, han dado frutos como peregrinos. Otros hermanos también han dado fruto y hoy lo cosechamos con 50 años. Imagínense cuántos pasos han dado en todo este tiempo”.
La ceremonia de entrega de medallas no solo celebró los años de dedicación de los peregrinos, sino que también resaltó el impacto continuo de la peregrinación en la vida de los participantes. La comunidad local, los peregrinos y sus familias se unieron en este acto de reconocimiento y gratitud, quienes no desaprovecharon la oportunidad de tomarse fotografías.
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