Con una profunda muestra de fe y devoción, cientos de hombres se congregaron en el Santuario de la Congregación de Querétaro para iniciar su peregrinación anual hacia la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. La columna peregrina de varones partió en la madrugada, marcando el comienzo de un recorrido espiritual de más de 200 kilómetros.
Desde las 3:30 de la madrugada, los peregrinos, vestidos con atuendos tradicionales y portando estandartes religiosos, se reunieron en el Santuario de la Congregación. En un ambiente cargado de solemnidad y esperanza, la comunidad inició su travesía con cantos, oraciones y bendiciones.
El inicio de la peregrinación estuvo acompañado por la bendición de buen viaje impartida por Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro. Durante la ceremonia, Lara Becerril resaltó la importancia de esta peregrinación, haciendo hincapié en la comunidad y hermandad entre los peregrinos: "aprender a caminar junto con otro".
"Voy a darles la bendición con el santísimo sacramento y piensen ustedes, cada uno, en este camino que vamos a hacer. Piensen en sus familias, en la motivación interior que los mueve; dejar su casa, dejar su trabajo, sus actividades, para emprender este camino. La palabra que nos ha de llenar en esta semana es: encuentro".
El recorrido es una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de los años, reflejando la profunda religiosidad y unidad de la comunidad queretana. A lo largo del camino, los peregrinos recibirán el apoyo de diversas comunidades que los acogen con alimentos, agua y lugares para descansar, manteniendo viva la tradición de la hospitalidad y solidaridad.
Luis Ramírez, quien lleva 20 años peregrinando y perteneciente al decanato de San Miguel Arcángel, subrayó la importancia del esfuerzo colectivo. “Aunque es un camino largo y desafiante, la experiencia de caminar juntos y apoyarnos mutuamente es invaluable. Esta peregrinación nos une y fortalece como grupo”.
José Hernández, quien ha peregrinado durante los últimos 15 años, comentó: “Cada año participo para mantener mi fe y honrar la memoria de mis seres queridos. Esta peregrinación es una oportunidad para conectar con nuestra espiritualidad y reforzar los lazos de comunidad”.
Para garantizar la seguridad de los peregrinos, se implementó un operativo policial que los resguardará a lo largo de su trayecto. Elementos de seguridad acompañarán a los peregrinos, asegurando que el recorrido se realice de manera ordenada y segura.
El viaje culminará en la Ciudad de México, donde los peregrinos serán recibidos en la Basílica de Guadalupe, participando en ceremonias religiosas y dando gracias por el cumplimiento de su promesa. Esta peregrinación, además de ser una manifestación de fe, se convierte en una oportunidad para la reflexión personal y el fortalecimiento de la comunidad.
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