La homilía dominical celebrada en Santa Rosa de Viterbo, por el padre Daniel Rendón Argüello, fue dedicada a San José, Santo Patrón del año –decretado por el Papa Francisco-, y a quien la Iglesia reconoce como milagroso para los enfermos de Covid. Por ello, la fe de este domingo se dedicó de manera especial para la salud de los enfermos de Covid-19, los suicidas y las personas que viven solas, en víspera de la Semana Santa.
“Pedimos por todas las personas que nos han pedido una oración por todos los enfermos de Covid, para que Dios les conceda la salud”, emitió el clérigo previo al comienzo de la misa, quien en entrevista posterior llamó a no abandonar a las personas solas y hacerlas sentir queridas desde la familia.
Y es que, de acuerdo a Organizaciones de la Sociedad Civil, el número de personas que viven solas, han recibido un impacto mayor de sentimiento de soledad desde que comenzó la pandemia, que han derivado en efectos diversos en la psique, entre ellos, condiciones de desesperación que conllevan al suicidio.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2019 México registraron un total de 7 mil 223, lo que denota un incremento considerable, pues en 2018 se registraron 6 mil 808 y en 2017, 6 mil 559.
De estas cifras, en Querétaro se incrementó el suicidio en 28%, y las cifras se reflejan de manera siguiente: en 2019, hubo 175 suicidios; en 2018, 138 y, en 2017, 137; en todos los casos más del 70% se presentan en jóvenes y adultos jóvenes y en su mayoría del sexo masculino.
El resumen anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cerca de 800 mil personas se suicidan cada año y, por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio cada año. Entre la población en general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante.
Para la OMS, el suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos y la ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo.
La Organización México Social, alertó sobre el incremento de suicidios en 2020 bajo el tema “la pandemia exhibe el abandono a la salud mental”, al considerar que a nivel mundial la crisis de la pandemia ha provocado una mayor vulnerabilidad mental.
Según información de Naciones Unidas, hay encuestas que indican que los sentimientos de angustia incrementaron en todo el mundo.
“Las afecciones neurológicas ocultas también aumentan el riesgo de hospitalización por COVID-19, mientras que el estrés, el aislamiento social y la violencia familiar probablemente afecten a la salud cerebral y al desarrollo de los niños pequeños y los adolescentes”.
Y es que el aislamiento social, la reducción de la actividad física y la disminución de los estímulos intelectuales son factores de incremento en el deterioro cognitivo y demencia en los adultos de más edad, advierte la ONU.
Regresando a estadística del Inegi, en niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años ocurrieron 641 fallecimientos por lesiones auto infligidas, constituyéndose en el cuarto lugar dentro del total de causas de muerte.
En los hombres la tasa de suicidios es de 8.9 fallecimientos por cada 100 mil (es decir, 5 mil 454 casos). En las mujeres es de 2 por cada 100 mil mujeres (mil 253 casos). En el 88% de los casos fueron por ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación.
Las muertes por lesiones auto infligidas se concentran en el grupo de 30 a 59 años con 46%; le sigue el grupo de jóvenes de 18 a 29 años con 34%, y las niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años con 10 por ciento.
En el grupo de niñas, niños y adolescentes se reduce la diferencia entre hombres y mujeres que fallecieron por lesiones auto infligidas, ya que 6 de cada diez fueron hombres y cuatro de cada diez, mujeres.