La asociación de Cantinas Tradicionales de Querétaro, Pulquerías y Bares A.C., piden se les permita abrir de inmediato y que se les considere a la par que a los restaurantes; así como la condonación de pagos de licencias de alcoholes y de funcionamiento y apoyos por parte de gobierno del estado para el sector.
Del mismo modo, los empresarios pidieron se les de la opción de cambiar de giro, en caso de que no proceda la petición por considerárseles en la normativa de contingencia que les permite operar a los restaurantes.
A través del pliego petitorio dirigido al gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, manifestaron sus principales urgencias, debido a la situación crítica que viven los dueños y trabajadores de los establecimientos. Las pérdidas de los integrantes de la asociación ascienden a los 50 millones de pesos, por lo que se dijeron cercanos a la banca rota.
En consecuencia de los meses de cierre por no considerarlos actividades esenciales ni dentro del rubro de los restaurantes, han tenido que despedir a cerca de 2 mil trabajadores.
Argumentan que además de vender alcohol, también ofrecen comida de cortesía. Asimismo, Daniel Pérez Murillo, presidente de la asociación, aseguró que cumplen con los pagos a trabajadores y al erario, sin estar recibiendo ingresos.
De acuerdo con Daniel Varela, secretario de la organización de empresarios, refirió que una parte esencial del ingreso a los negocios de este tipo son las propinas. Se han discriminado a los establecimientos de cantinas sin razón alguna. Agregaron que durante el periodo que se les permitió abrir los establecimientos, de septiembre a diciembre, no hubo reporte de casos de contagio en los establecimientos, ni clausuras por no acatar las medidas sanitarias.
Los empresarios de cantinas tradicionales, pulquerías y bares, declararon que se sienten discriminados por el giro de sus negocios, por lo que piden se les permita operar como los restaurantes bares por tiempo determinado, o que se les permita cambiar de giro temporal o definitivamente sin costo, a pesar de que eso implicaría el fin de las cantinas como concepto comercial.
Consideran que con el cierre de los establecimientos solamente se fomentó la venta clandestina de alcohol y las reuniones familiares. En su opinión, las medidas restrictivas incentivan el consumo excesivo y las ventas ilícitas.
Daniel Pérez insistió en que las pérdidas económicas solo podrían resanarse si se les permite la apertura. Entre las peticiones enumeradas en el pliego petitorio, se incluye la condonación del pago de las licencias de alcoholes, demanda que sustentan en la imposibilidad de operar durante meses.
“De no haber respuesta por parte de los gobiernos estatales y municipales, cerraríamos. Ya estamos en banca rota y no podríamos reabrir. Con esto perderíamos más de 2 mil empleos de manera directa y 8 mil indirecta”, sentenció Pérez.