Desde las 11 de la mañana, padres de familia, directivos y profesores de escuelas privadas expusieron en Plaza de Armas, su intención de dialogar respecto al regreso a las aulas de los alumnos; aseguraron ser conscientes de los riesgos que implica, pero pidieron que también se consideraran las consecuencias para los menores por permanecer un año sin clases presenciales.

“Estamos haciendo una demostración para llamar la atención de las autoridades para abrir el diálogo, queremos que nos escuchen y queremos escucharlos a ellos”, aseguró María Fernanda Lizama, vocera de Abre mi escuela en Querétaro.

El objetivo es “llevar a los niños de manera ordenada, gradual y voluntaria a las escuelas”, sostuvo que no sólo buscan la apertura de las escuelas privadas, aunque el movimiento está compuesto por padres de familia, directivos y docentes de instituciones de educación privada.

En el estado, 35 centros educativos, principalmente de nivel básico son los que conforman el movimiento Abre mi escuela.

Con pancartas hechas por alumnos de diferentes escuelas, hicieron una muestra de los pensamientos de los alumnos respecto al año que llevan cerradas a causa de la pandemia de Covid-19.

Asimismo, Lizama señaló que hay una multiplicidad importante de factores qué considerar, pues están conscientes de que no todos los niños tienen las condiciones económicas y de estabilidad familiar para poder continuar con el aprendizaje desde la virtualidad.

Aunque reconoció que los docentes están haciendo un enorme esfuerzo por lograr que los alumnos continúen adquiriendo conocimientos, hay algunas habilidades que sus hijos han perdido o de las que se ha detenido el desarrollo durante este año.