En Querétaro, el aumento exponencial del uso del automóvil ha ocasionado problemáticas serias de movilidad, que van de pérdidas económicas por problemas viales hasta la mala percepción ciudadana del funcionamiento de la infraestructura urbana y del servicio de transporte, en último lugar a nivel nacional.
Según los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la entidad aumentó 165% el parque vehicular de 2010 a 2017 y el Índice de Movilidad Urbana 2019 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), detalló que la capital queretana pierde 2 mil 200 millones de pesos por problemas de congestionamiento vial.
Estos son solo algunos de los datos respecto al uso del automóvil y su repercusión social en materia urbana, cuyas políticas de ordenamiento territorial requieren del conocimiento que aportan los estudios de movilidad cotidianos y que, por el creciente desarrollo en la entidad, es una de las deudas que las autoridades municipales y estatales tienen con la ciudadanía.
El uso del coche facilita la vida al poder trasladar personas con comodidad de un sitio a otro, pero el incremento de la cantidad de vehículos circulando en las ciudades aumenta significativamente su huella de carbono, ocasionando daños irreparables a la capa de ozono.
El 22 de septiembre se celebra el Día Mundial Sin Auto, que pretende promover una conciencia ecológica en los ciudadanos y que vio su origen en 1973 cuando varios países de Europa vieron limitadas sus reservas de petróleo, por lo que comenzaron a surgir algunas alternativas de movilidad para reducir el uso de vehículos.
Actualmente esta iniciativa busca promover el uso de transportes alternativos y a pensar las ciudades sin el automóvil, mismas que han sido edificadas y planeadas para estos vehículos, convirtiendo al ecosistema urbano en un sitio hostil para las personas y con cada vez más avenidas y autopistas alrededor.
Según datos del INEGI, Querétaro cuenta, hasta 2020, con 531,800 automóviles registrados en circulación, con una población en el estado de 2,368 millones, lo que equivale aproximadamente a un vehículo por cada cuatro personas, lo que preocupa a diferentes asociaciones e investigadores.
Para Andrei Moreno, vocero de la Unión de Asociaciones Ciclistas de Querétaro (UCIQ), este asunto se ha convertido en un problema relevante en la ciudad, pues esta ha sido diseñada para el automóvil “y es triste que todas las autoridades apuesten a crear viaductos, puentes elevados, avenidas grandes”.
“La ciudad está viva y es una ciudad que crece, pero para las máquinas y eso es triste, porque los inversionistas, gobiernos, se unen para crear zonas urbanas nuevas sin la infraestructura vial para poderte desplazar en bicicleta, banquetas seguras o de transporte público accesible. En Querétaro va creciendo, urbes alejadas de la ciudad y del trabajo y los medios alternativos no los ven viables”, añadió.
Comentó que no hay un orden en la entidad y no hay un planteamiento urbano para resolverlo, pues las autoridades tampoco otorgan alternativas de transporte como una opción ante la ineficacia de las ciclovías o de la mejora en el transporte público.
En tanto, Tania Martínez, quien es licenciada en Desarrollo Humano para la Sustentabilidad y perteneciente al colectivo de análisis urbano, NODO, agregó que la movilidad es una de las principales problemáticas de Querétaro “y esa es consecuencia del excesivo peso que se le da al automóvil para diseñar vialidades”.
“Podemos ver alrededor de la ciudad cuántas cuentan con otras alternativas que no sea el coche. Un problema es que esta es una ciudad dispersa que obliga a largos recorridos, lo que hace que la forma más sencilla de llegar a un sitio sea con un coche. Por otro lado, el excesivo uso del automóvil incrementa la contaminación del aire en la ciudad y es un círculo vicioso”, dijo.
Asimismo, señaló que se han discutido propuestas para generar ciudades sostenibles y en la mayoría de las reflexiones se discute el desincentivar el automóvil como la respuesta que más se repite, asunto que, incluso, genera menos costo que la construcción de avenidas y autopistas.
“Es más barato para la administración pública construir ciclovías, pues caben más personas, la movilidad es más eficiente y además promueve una salud física y mental. Si seguimos fomentando las vialidades donde se prioriza el auto, no disminuye el tráfico; se construyen más carriles y no hay reducción, sino por el contrario, entonces es importante que se fomente otras formas de transitar la ciudad”, afirmó.
