Estamos perdiendo la batalla en la protección de árboles en áreas públicas, privadas y de ecosistemas compactos como de Peña Colorada debido a la expansión y mala planeación urbana, refirió América Vizcaíno, bióloga y activista ambiental.

La también cofundadora e integrante de Ambientalistas de Querétaro A.C., señaló que hay tres tipos de arbolados como lo es el público, que se implementa en avenidas y parques; el de terrenos privados, perteneciente a empresas o particulares, y el de ecosistemas compactos, que se encuentran en zonas de protección ecológica.

“Lamentablemente en todos estos lugares estamos perdiendo la batalla de la protección del arbolado; de la ciudades porque estas crecen y para crecer se necesitan ampliar vialidades, lo que hace que se sacrifique el arbolado que se habría sembrado o el que crece de manera natural en los terrenos donde construyen algún otro tipo de infraestructura”, comentó.

Detalló que la expansión urbana sobre zonas de gran valor ambiental es preocupante, incluso más que el de zonas urbanas, ya que, al existir ecosistemas con un excelente estado de conservación, no solo promueven la belleza paisajística sino que ofrecen servicios ambientales como el control pluvial y otros beneficios para la ciudad.

“Cuando se urbaniza en áreas naturales con ecosistemas nativos, evitan que se capten contaminantes atmosféricos, que mejoran la calidad del aire. Evitan que se filtre el agua para abastecer nuestros acuíferos, pues al llover, las zonas filtran agua y reducen sus volúmenes y escurrimientos que llegan a la ciudad, disminuyendo el nivel y velocidad que luego termina afectando las vialidades y casas de personas”, refirió.

Señaló que se tiene poca consideración con la importancia que implica mantener los espacios ecológicos protegidos, puesto que son parte fundamental de la vida cotidiana de las personas, aunque no lo parezca a simple vista.

“Las estamos viviendo las 24 horas. Respiramos el oxígeno que ellas producen. Las zonas de protección ecológica purifican el aire y producen oxígeno. Mitigan los eventos meteorológicos extremos”, apuntó.

Al respecto, América Vizcaíno recordó que, en este tiempo de lluvias, hay dos motivos por los que la ciudad tiene inundaciones, y es debido a la falta de infraestructura pluvial, “donde se necesita ampliarse y construirse donde no exista”, así como a la “devastación y destrucción de las zonas de protección ecológica”.

“Son muchas cosas: el clima, el sostenimiento del ciclo hidrológico; todo esto lo estamos viendo todos los días y lo vemos todos los días y nos parece que una zona verde es olvidada, que no necesita cuidados humanos para sostenerse y que los servicios que nos ofrecen nosotros no los podemos reproducir”, añadió.

Además, agregó que el tema de protección de árboles debería formar parte de un programa permanente de gobierno, independientemente de la administración, para dar protección y cuidado a estas áreas.

“Su importancia debería ser tal que tendría que formar parte del gobierno como un sistema estratégico de seguridad ambiental para la mitigación del cambio climático. Son zonas que nos rodean, en el que habitan plantas y animales silvestre que son destruidos por la maquinaria para hacer la limpieza de terrenos y urbanizar”, dijo.

Asimismo, sostuvo que en cada cambio de administración en el municipio de Querétaro hay un programa de reforestación que no va acompañado de las medidas de mantenimiento que exigen el cuidado de cada tipo de árboles, por lo que hay una gran cantidad de pérdidas.

“El problema es cuando llueve; no hay suficiente agua, ni el suficiente personal, ni equipo, ni presupuesto para cuidarlos y traer agua de otros lugares o personas que los atiendan, y ha sido un problema a lo largo de muchas administraciones ya que no hay un seguimiento adecuado. Saben cuántos árboles se plantan, pero no cuántos sobreviven a las condiciones del clima”, mencionó.

Finalmente, afirmó que la ciudadanía debería participar más activamente en los asuntos medioambientales de la entidad, por la pérdida de ecosistemas que “estamos perdiendo por no tener principios morales sólidos que nos permitan organizarnos. Si la ciudadanía se organizara en la defensa de las zonas de protección ecológica, México sería otro”, concluyó.