Mayor presión y exigencia al momento de ejercer un cargo público o hasta la entrega inequitativa de gastos, son algunas de las formas que ha tomado la violencia política de género a lo largo de los años en Querétaro.
Diario de Querétaro consultó a cuatro políticas queretanas, que ocuparon cargos públicos en la década de los 90’s, un curul en el Congreso local o una presidencia municipal; a lo largo de estos últimos años, ¿Qué tanto se ha avanzado para eliminar la violencia política de género?
María Antonia Pérez Sosa fue diputada local durante los años de 1991 a 1994 por el Partido Popular Sociales (PPS), actualmente sin registro; además ocupó cargos al interior de su partido como secretaria de Educación Política e integrante del Comité Central.
Si bien, asevera que llegó al curul por su militancia, en ese momento, su esposo era el dirigente del partido en el estado, por lo que, se atribuyó su arribo al Congreso del Estado por este motivo y no por sus capacidades. “Muchos que no me conocían, pensaron que yo llegué por ser la esposa del dirigente del partido, sin embargo, no fue así”, asegura.
“En una ocasión el oficial mayor (…) se acercó a mí y me dijo: siempre pensé que los discursos que usted decía, se los hacía su esposo; pero, tengo que reconocer que no”, recuerda.
Durante su paso por la Legislatura, Pérez Sosa también recuerda que, los cuestionamientos de la prensa, que en su mayoría se integraba por hombres y pocas mujeres en la sección de política. “a mí esposo, mi marido, lo mandaban lejos a tener actividades políticas (…) entonces, me dice: ¿cómo se siente usted, ya que no está su esposo asesorándola?”.
Asimismo, recuerda que, en varias ocasiones, asistió a las reuniones de mujeres parlamentarias en la Ciudad de México, con una legisladora del PRI, quien le señaló que existía un gasto discrecional en los gastos de representación.
“Nos daban para el gasto 150 pesos, bien poquito y la diputada decía: Antonia, no nos pueden dar esto. El diputado tal fue a una reunión a Cadereyta y le dieron, por ejemplo, mil pesos. ¿Cómo a nosotros para ir a México nos dan 150 pesos? Fuimos a comentar con el oficial mayor y nos dijo: es que ustedes no van a salir a ningún lado (…) era discrecional”, asegura.
IGUALDAD DEBE SER NATURAL
Ana Berta Silva Solorzano ha sido regidora y diputada local, de 1997 al 2000, además de ser candidata a una diputación federal y al Senado; y participar en cargos de estructura de su partido desde su sección hasta el Comité Nacional.
La priista reconoce que existe una actitud tendiente, si no a “menospreciar a la mujer”, sí exigirle más, ya que hay un “permanente análisis de conducta”. Aunque “formalmente” señala no haber experimentado violencia política de género, expone que, “siempre había un varón mejor, aunque su calificación fuera menor”.
“Esto es histórico. Esto es de cultura, que no lo justifica (…) un hombre no les importa si es divorciado o no. Una mujer...Tenemos que ir quitando todos esos estigmas y permitir, como es la tendencia, que la mujer, su circunstancia personal no sea la que impere, sino que sea su circunstancia profesional”.
Subraya que persiste la exclusión hacia las mujeres y los “techos de cristal” en ámbitos como la iniciativa privada y aún son pocas las que logran destacar profesionalmente.
El avance de las mujeres en la política ha sido “lento”, reconoce al recordar que, desde los años 70’s, formó parte de la lucha para que, al menos, el 20% de los cargos políticos fueran para mujeres, posteriormente, esta cifra alcanzó el 30% y, finalmente, se logró que se respetará el género de las mujeres en las candidaturas y no las hicieran renunciar, para que asumiera el encargo un hombre.
Indica que, el cambio más reciente del Instituto Nacional Electoral (INE) y que obligará a que los partidos postulen a una mujer, en siete de los 15 estados que renovarán gubernaturas, aún causa “escozor” en algunas mentalidades y de interés de grupos de los partidos.
Sin embargo, enfatiza que aún hay “retos” para alcanzar la igualdad tanto para hombres y mujeres, ya que, resaltó “el ideal” es que existiera equidad, no solo por las normas, si no que exista conciencia de que esto debe ser natural.
Por último, recalca que es lastimoso la violencia que se ejerce hacia las mujeres; ya que, “no es posible que quienes tienen una expresión de amor, de cariño, de confianza, sea el agresor y lo que es todavía más triste (...) el gran nivel de impunidad de la violencia contra la mujer”, puntualizó.
SIGUEN SIN TOMAR EN CUENTA A LAS MUJERES
Mercedes de la Cruz Lustalut Laclette Villareal fue diputada local por el PRI en el trienio 1994-1997, por el distrito correspondiente a San Joaquín y Cadereyta de Montes; en los siguientes tres años fue presidenta municipal de esta última demarcación, además de ser regidora y ocupar diversos cargos en el partido.
Coincide en que, en ese tiempo, pocas mujeres participaban en política y los partidos las utilizaban principalmente en el trabajo de "talacha"; es decir, en mítines o en las visitas casa por casa.
"Al final, siempre las hacían a un lado o las ponían a pelear, en el sentido de que una hablaba de la otra (...) lo inventaban los varones para ir avanzando y ellos siempre llegaban primero", reconoce.
No obstante, señala que durante su carrera política de 50 años, siempre cuestionó quién designaba los cargos, y recuerda que se dirigió a uno de los líderes del partido para buscar una candidatura.
"Él me comentó si tú no has tenido un puesto más importante, además de ser regidora de Cadereyta es porque tú nunca lo has pedido (...) casi siempre te hacían a un lado, hasta que yo me puse brava", agregó.
Recuerda que, durante su tiempo en el Congreso local, las diputadas de diversos partidos ingresaban iniciativas, sin embargo, estas no se publicaban y, por lo tanto, no entraban en vigor. "Nos daban el avión. No nos tomaban en cuenta. Lo único que tomaban en cuenta era lo que pedía el gobernador (...) eso sí, pero lo que queríamos las mujeres, pasaba a segundo o tercer término", dijo.
También reconoce que se enfrentó a "trabas", para llegar a la presidencia municipal, no obstante, al ser dirigente estatal, tenía el respaldo de mujeres a nivel nacional.
"Hay mujeres que tienen mucha capacidad, que son muy inteligentes, que saben mucho de política, que han hecho sus carreras universitarias. Son muy preparadas y sin embargo, siguen sin tomarlas en cuenta", advirtió.
DEBEN PROFESIONALIZARSE
María del Carmen Quintanar Jurado fue diputada local del quinto distrito, de 1997 al 2000, en donde encabezó la Comisión de Cultura y Educación; además, laboró como secretaria general del Comité Municipal del PAN, entre otros cargos.
Aunque asevera que no fue víctima de violencia política de género, reconoce que, durante su paso como regidora del ayuntamiento de Querétaro de 1991 a 1994, sí sufrió bloqueo en su trabajo, al ser oposición al PRI. "No nos dieron las comisiones en las que deseábamos participar, en donde se toman decisiones importantes, se analizaba el presupuesto”, dice.
Desde su perspectiva, expone que han existido cambios como la creación de comisiones a favor de la mujer, además, de que ya se ha logrado incrementar su participación en los cargos públicos.
"Creo que habemos muchas mujeres que tenemos preparación, tenemos capacidad para desempeñar esos cargos (...) ya tenemos muchas posibilidades de tener estos cargos y hay que aprovecharlo", acota.
No obstante, apunta que aún existen retos para el avance de las mujeres, como la designación de perfiles idóneos en las comisiones. "Lo que tenemos que hacer es prepararnos y demostrar que podemos destacar tanto o más que los hombres", añade.
Recuerda que, durante su paso en el Congreso, ingresó iniciativas que buscaban el apoyo y la difusión del cooperativismo, además de una actualización de la Ley de Profesiones.