¡Por fin en el panteón!

Esta vez no hubo música ni comida, pero sí mucho ánimo tras la pandemia

Cecilia Conde | Diario de Querétaro

  · miércoles 3 de noviembre de 2021

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Cientos de personas acudieron al panteón de La Cañada, en El Marqués, para reunirse con sus familiares, cuyas almas regresan el Día de Muertos como lo marca la tradición mexicana. Esta vez no hubo música ni comida, pero las tumbas volvieron a adornarse con flor de cempasúchil, globos y coronas.

La pandemia por Covid-19 impidió en 2020 la apertura de los panteones para estas fechas; no obstante, este año las familias aprovecharon para acudir y estar por lo menos 15 minutos en las tumbas.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Las personas se colocaban frente a las tumbas, algunos rezaban y algunos otros miraban fijamente el lugar en el que fueron sepultados sus familiares; todos coinciden en que este día sus almas regresan para estar con ellos.

Sentada frente a la tumba de su padre, Martha Sánchez recuerda que falleció hace 10 años y este año es especial, ya que pudo acudir a arreglar este espacio y rezar por su eterno descanso; mientras que el año pasado pidió en misa por él, debido a que estuvo cerrado el panteón por la pandemia.

“Ahorita estaba rezando con mi hija por el eterno descanso de todos los que están aquí, no solamente de mi papá, principalmente de todos los que están olvidados porque hay muchas almas olvidadas y no hay quien se acuerde de ellas”, subrayó.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Aunque no se permitió el ingreso de bandas o comida, afuera del panteón una banda cantó para alguno de los difuntos que yacen en este espacio.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Pedrina López López, pudo visitar a su madre, quien falleció en 2019, y a quien no pudo ver el año pasado por la pandemia; su tumba la adornó con flores y en casa puso su altar de muertos, para darle la bienvenida.

“Es encontrarme con mi mamá, está tradición es muy bonita porque es una manera de recordarlos, siempre están en nuestra mente, pero pues en una fecha es muy especial y bonito, y ojalá sigan nuestras tradiciones siempre”, subrayó.

Refirió que desde niña su mamá la llevaba al panteón a ver a su abuelo, sin embargo dudaba del objetivo de estas visitas, pues no los podía ver.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

“Ella siempre nos inculcó a conservar nuestras tradiciones y a ver nuestros seres que ya se nos adelantaron”, puntualizó.

Para entrar al panteón había una fila que avanzaba muy rápido, el personal del municipio únicamente alcanzaban a tomar la temperatura al ingreso y recordar que tenían 15 minutos para permanecer en el lugar; sin embargo a la salida el paso era lento y la melancolía de la despedida se vislumbraba en el ambiente, los ojos rojos tras el llanto se repetían en las personas que abandonaban el lugar.