En los últimos dos años las siete principales presas del estado de Querétaro han perdido el 87.3% del agua que mantenían en su nivel promedio de almacenamiento. Esta reducción se atribuye al incremento de la sequía durante este periodo. Actualmente, estas presas tienen un nivel promedio de almacenamiento del 6.4%.
Los datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) revelaron una tendencia a la baja en el nivel de almacenamiento de las presas de Querétaro en los últimos tres años, periodo en el que se registraron las últimas precipitaciones de consideración en la entidad.
En marzo de 2022, el nivel promedio de almacenamiento en las presas de Querétaro era del 50.7%. Sin embargo, para marzo de 2023 este porcentaje cayó drásticamente a solo el 13.7%. Esta tendencia negativa continuó en marzo de 2024, donde el promedio de almacenamiento se redujo aún más, alcanzando apenas el 6.4%.
Los datos específicos muestran una disminución notable en cada una de las presas. Por ejemplo, la presa Jalpan, en el municipio de Jalpan de Serra, que en 2022 tenía un nivel de almacenamiento del 87%, cayó a sólo el 29% en 2024. Similarmente, la presa El Centenario, en Tequisquiapan, pasó de un 60% en 2022 a apenas un 1% en 2024.
En el caso de El Batán, ubicado en el municipio de Corregidora, su nivel de almacenamiento descendió significativamente del 28% en 2022 al 10% en marzo de 2024. Por otro lado, La Llave, en San Juan del Río, pasó de mantener un 45% en 2022 a encontrarse completamente vacía en la misma fecha.
Lo mismo ocurrió con La Venta, localizada en Pedro Escobedo, que en 2022 mantenía un nivel del 37% pero en la actualidad se encuentra sin agua. La presa Constitución de 1917, también en Pedro Escobedo, descendió drásticamente del 50% en 2022 a solo un 2% en marzo de 2024.
Además, la presa de San Ildefonso, en Amealco de Bonfil, mostró una disminución del 48% en 2022 al 29% en 2024, aunque aún se mantiene como la presa con mayor nivel de almacenamiento en comparación con las demás, aunque sufre un claro descenso en su nivel de agua almacenada.
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La temporada de estiaje del 2024 se inició oficialmente el 21 de marzo en Querétaro, marcada por la catalogación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como un año de sequía excepcional. Esta designación se debe a las condiciones extremadamente adversas que afectan al estado en su totalidad.