La magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Mariela Ponce Villa, comentó que con cárceles sobrepobladas, se vuelve mucho más complicado trabajar la reinserción social con los presos.
Esto lo mencionó, al hablar de la prisión preventiva en el sistema penal acusatorio, el cual en un primer momento limitó los delitos que merecen prisión oficiosa.
“Está más que probado que estar internos por delitos menores genera más consecuencias negativas que positivas, a las personas y al mismo Estado. Cuando la persona ha estado en prisión por el tiempo que sea, ya se le genera un estigma que es complicado quitar”, señaló Ponce Villa.
Cabe recordar que en 2022, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutió y trabajó la reforma en cuanto a la prisión preventiva en el sistema penal acusatorio, pero al final únicamente la eliminó para delitos fiscales, manteniéndola para otras faltas como robo a casa habitación, con independencia de si se usa o no violencia.
Por ello, comentó que se debe de trabajar desde el interior de los Centros Penitenciarios, tanto en las certificaciones como en la capacitación del personal para poder trabajar de una manera adecuada con las personas que salen del reclusorio, puesto que no se le puede exigir comportarse como un humano si este no ha sido tratado con condiciones mínimas de dignidad.
“Cuando una persona no es tratada con condiciones mínimas de dignidad, cuando sale no puedes exigir que se comporte como ser humano. Cada estado tiene mucho trabajo para lograr la reinserción y que las personas vuelvan a delinquir”, aseguró.
En la experiencia local, la magistrada presidenta señaló que ayudó mucho el que en el sistema de adolescentes disminuyera con el cambio de sistema: “cuando las cárceles están sobrepobladas, creo que es complicado que puedas aplicar con éxito un programa de reinserción social, necesita una población menor”, reiteró.
Además, mencionó que la reforma al artículo 19 constitucional, cambió y amplió el catálogo de delitos que requieren prisión preventiva oficiosa, por lo que el fenómeno llamado popularmente “puerta giratoria”, en el cual los imputados de algunos delitos, como robo simple sin violencia, eran presentados ante la Fiscalía y liberados, pero esto no implicaba su absolución, pues se abría un proceso que podían llevar en libertad.
Esta reforma provocó que haya más detenidos internos y haya más sujetos de investigación, regresando al sistema tradicional de justicia.