53 años de la Procesión del Silencio
780 participantes de la Hermandad de La Cruz
600 de la Hermandad de Santa Ana
300 de La Piedad
25 cofradías de los tres grupos
Con 53 años de tradición, la Procesión del Silencio es mucho más que una actividad cultural y turística, es un acto de piedad y contemplación en el que sus más de mil 600 participantes ofrecen sus cuatro horas de camino para recordar el sufrimiento que vivió Jesucristo durante el Viernes Santo.
Este año las 25 cofradías de las tres agrupaciones que conforman la procesión: La Cruz, La Piedad y Santa Ana, partirán en punto de las 18 horas de este viernes, por las calles del Centro Histórico para continuar con la tradición que ha emanado de las generaciones pasadas, con la finalidad de mostrar este acto de contemplación y solemnidad que cada año realizan y que los motiva a ser mejores personas.
Al respecto, el coordinador general de la Procesión del Silencio, Rolando Valdez Nieto, indicó que se trata de una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa, donde este año participarán entre mil 600 y mil 800 personas entregando su devoción y sufrimiento a Dios, en un acto que no solo incluye el recorrido de más de cuatro horas que realizan por las calles del Centro Histórico, sino también un retiro espiritual previo que es el culmen de su fe.
“La Procesión del Silencio es que vea la gente ese acto de piedad, contemplación y solemnidad y mientras salimos al recorrido, los padres nos dan la bendición y se deja una tarea, que ofrezcas el recorrido para un bien, un milagro, algo personal, entonces no vamos viendo quién nos observa, sino vamos en ese proceso de reflexión, de sufrimiento por el peso de la cruz, que se te atoró la cadena o se clavó un vidrio y eso sirve de reflexión esas cuatro horas para motivación personal”, reconoció Valdez Nieto.
Este año, la hermandad de La Cruz contará con 780 participantes, entre niños, jóvenes y adultos quienes cargarán una de las cruces destinadas para llevar a lo largo del recorrido, se tratan de dos troncos de mezquite que llegan a pesar hasta 130 kilos, una de las insignias que distingue a esta agrupación, quienes previo a su participación, asisten a un retiro espiritual que dura de uno a tres días, dependiendo de la edad de los asistentes.
“Nosotros a partir del miércoles tenemos charlas donde viene el señor obispo, el vienen frailes franciscanos de otras iglesias y operarios, si tenemos variedad en el tema ideológico, y este año el tema es la cruz como tu familia, como tu trabajo, como tu persona y es ese tipo de reflexión sobre lo que estás haciendo como padre, como hijo, como esposo y como empleado, cuál es tu rol y cómo debe comportarse un buen cristiano”, agregó el coordinador de la procesión.
En el caso de la hermandad de Santa Ana, este año serán 600 personas quienes no acuden al retiro y solo celebran el Domingo de Resurrección con un recorrido por las calles del barrio en el que participan vecinos del lugar y miembros de las cofradías.
También la hermandad de La Piedad lleva a cabo una celebración el Domingo de Ramos con una actividad que denominan “Desierto”, el cual consiste en acudir al Parque Nacional del Cimatario a realizar una jornada de meditación en la que entablan un compromiso de cambio positivo, así como el mejoramiento de su persona.
Una vez llegado el momento de salir del templo de La Cruz rumbo a la calle Felipe Luna, cada una de las cofradías preparan sus imágenes, andas e insignias que ocuparán durante el recorrido, además de sus túnicas y capuchas que los distinguen como miembros de una agrupación.
En este sentido, Rolando Valdez mencionó que este recorrido que les lleva más de cuatro horas y que el año pasado recibió a 25 mil visitantes, es solo un extra de toda la preparación espiritual que cada uno recibe y que los fortalece en su fe, algo que de manera particular recibió de su padre quién por más de cuarenta años ha participado en este acto de piedad que pasa de generación en generación.
“La procesión cumple 53 años, mi papá lleva saliendo como 49 años y a partir de ahí fue mi devoción como una forma de vivir esta Semana Santa, y el cariño que le vas agarrando a esta hermandad”, apuntó.
A este respecto, reconoció que la mayoría de niños, jóvenes y adultos que participan cada año en la Procesión del Silencio lo hacen por una tradición generacional, pero también a manera de manda y agradecimiento a alguna de las imágenes; aunque también advirtió que existen quienes se inscriben por morbo, algo que “se va quitando con el retiro”.
Aunque el coordinador de la procesión reconoció que los vecinos del Centro Histórico son empáticos con el acto de fe que llevan a cabo cada Viernes Santo, pidió a los bares que también se encuentran en la zona a tomar un poco de conciencia y si bien, no parar completamente sus actividades, si bajar el volumen de su música durante el tiempo que pasa el contingente por su negocio.
Cabe recordar que la Procesión del Silencio se realizará este viernes 19 de abril a partir de las 18 horas, en un recorrido que harán desde el templo de la Cruz, caminando por Felipe Luna, Avenida 5 de Mayo, Pasteur, Reforma, Juárez, Ángela Peralta, Corregidora e Independencia; vialidades que permanecerán cerradas.