Protestan madres de los queretanos desaparecidos

Zulema López

  · jueves 11 de mayo de 2017

Más de 244 personas desaparecidas son las que se han reportado en Desaparecidos Justicia. (Foto: Adrián Donantonio).

Años de búsqueda y la desesperación por no saber cómo seencuentran llevó a madres de familia a manifestarse en Plaza deArmas, para exigir se dé con el paradero de sus hijos y seaprehenda a los culpables.

Portando las fotos de sus seres queridos, urgieron que lasinvestigaciones les permitan dar con el paradero y reprocharon quediversas ocasiones se les han cancelado las reuniones conautoridades e, incluso, levantar una denuncia, representa un penar,pues, afirman, lo primero que buscan los investigadores es detectar“en qué estaban metidos”, e inician pesquisas tratando dedeterminar si eran delincuentes o sexoservidoras.

Más de 240 casos son los que tiene reportados DesaparecidosJusticia, por lo que el Día de las Madres no hay nada quefestejar, declaró la activista Brenda Rangel, quien lamentó quelas puertas de Palacio de Gobierno se encontraran cerradas, pese aque hace un año seis meses, la promesa de gobierno fue que seesclarecerían los casos.

“La delincuencia ha azotado a nuestros hogares… llevamosseis años haciendo esta marcha en la Ciudad de México… tenemosmuchos desaparecidos en Querétaro, las estadísticas… son de 244personas desaparecidas… hemos encontrado a 20 personas… diezcon vida, diez sin vida. Ha sido un trabajo muy arduo por parte delas familias, no hemos contado con el apoyo de la Fiscalía Generalde Justicia del Estado de Querétaro”.

Ente las historias de búsqueda se encontró la de AsunciónJiménez Alvarado, quien a sus 89 años busca a su hijo JavierSánchez, así como a su nuera y nieta, quienes se perdieron cuandofueron de vacaciones a Veracruz y desde septiembre del año pasado,no sabe de ellos. Entre las acciones para encontrarlo, ha tenidoque trasladarse a Veracruz, pero regresa con la mismadesesperanza.

“Por favor ¿dónde los tienen? ¿en dónde están? Losqueremos, que ya vengan, ya fue mucho esperar… que estántrabajando, que están en la búsqueda… se cumple un año enseptiembre”.

La angustia de no saber qué los pasó es lo que dicen, loslleva a exigir justicia y a gritar “hijo, escucha, tu madre estáen tu busca”, con la esperanza de que el mensaje llegue hasta tusoídos. “Si tienen madre salgan”, gritaron frente a Palacio deGobierno, al tiempo Gloria Sánchez reprochó que van doscancelaciones consecutivas en las reuniones programadas conautoridades y que en ningún caso se les ha explicado elporqué.

“Necesitamos su apoyo, que nos oiga, que no nos deje solos,somos muchos, muchos desaparecidos y si no hace justicia, vamos ahacer más”.

Josefina Flores narró que su hijo desapareció el 9 de juniodel 2016, pero teme que las investigaciones no lleguen a lasúltimas consecuencias, pues incluso, cuando interpuso la denuncia,se quiso inculpar a su hijo de la desaparición. Jaime Morenotenía 34 años cuando desapareció, y este cuatro de mayo cumplió35, por lo que es un mes particularmente triste para ella. Recuerdaque venía de Celaya hacia Presa de Bravo, y fue lo último quesupo de él.

Lamenta que siempre se trata de culpar a los desaparecidos pueslos familiares se encuentran con respuestas como “habría de veren qué andaba”, pues se tiene la creencia de que se desaparecenpor delincuentes o prostitutas, lo que es un golpe más para losfamiliares, que los han visto toda la vida trabajar arduamente parahacerse de sus escasas posesiones.

“Me comentaban que sólo había una cantidad deinvestigadores, y que cada uno tenía expedientes así (haceademanes con las manos) enormes… que tenían muchos casos ellos yque se nos daba nuestro lugar y nuestro tiempo, a su debido tiempo,porque eran muchos los que ellos tenían. Yo entiendo, pero todosestamos desesperados, yo creo que cada segundo para nosotros, espara nosotros una vida larga”.

Como esa, son varias las historias que con lágrimas en los ojosrelatan los familiares, quienes con gritos que se quiebran, pero nose apagan, exigen justicia, que lo que ellos viven no lo sufranotras familias, lamentan verse impotentes y ver convertidos a susseres queridos en una cifra más.