La Diócesis de Querétaro requiere apoyo para construir un Centro Juvenil, con la que se pretende dar respuesta a las necesidades para el desarrollo del sector que incluyen bolsa de empleo, espacios deportivos, atención psicológica e, incluso, apoyo para no reincidir en adicciones.
El obispo Faustino Armendáriz Jiménez explicó que se trata de una meta marcada para este, el Año de la Juventud, y que la Diócesis solventaría los gastos para edificar la obra, pero urge de un terreno para iniciarla, que debería estar en la capital queretana.
Reflexionó que la población queretana está conformada primordialmente por jóvenes, quienes viven en diferentes circunstancias: el sinsentido de la vida, el secularismo, y los vicios, sobre todo en zona urbana, aunque también se presentan en las comunidades.
“Este Centro Juvenil es sinónimo de una casa para los jóvenes… Lo que más necesita el joven: hospitalidad, apertura, brazos abiertos. Queremos que haya módulos, primero de evangelización, de catequesis, segundo, de atención psicológica, tercero, de atención, atención por caída en adicción cuarto; módulos de empleo”.
Se trata, continuó de un espacio que permitiría escuchar a los jóvenes, dialogar con ellos, atenderlos, apoyarlos y brindarles una sana distracción, conviviendo siempre con personas de su edad, hombres y mujeres.
“Nuestro proyecto… es hacer uno o dos centros juveniles este año, sabiendo que no es fácil primero, conseguir terrenos en Querétaro, segundo, los recursos, pero están confiados en la Divina Providencia de que esto será posible”.
El primer Centro se pretende construir en el municipio de Querétaro, por ser el que alberga la mayor población juvenil, aunque también se analizan Centros en San Juan del Río.
“Es importante la colaboración institucional, porque yo creo que es una tarea de todos, de los gobiernos, de las autoridades, atender a los jóvenes, no sólo esporádicamente, sino de manera permanente, nosotros podemos coadyuvar en esto”.
Analizó que son muchos los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes, destacando la falta de motivación profunda que los invite a vivir.
“Vivir con alegría, no sólo sobrevivir en este mundo de inercias, de esfuerzo permanente a través de un trabajo, sino vivir con la alegría propia de quien tiene una motivación espiritual y para nosotros esta motivación espiritual del joven tiene que ser Cristo que responde a todas las expectativas de ellos”.
Indicó que para contar con la hectárea que se requiere, la Diócesis se ha acercado a empresarios, pero dijo confiar que se pueda tener una respuesta positiva a favor de la creación del Centro.
“Para poder poner un campo deportivo pequeño y espacios donde también ellos se sientan en paz y sobre todo, donde puedan respirar una espiritualidad que les motive… No importa la inversión, lo que nos importan son los jóvenes…. Los jóvenes, como los Reyes Magos, ven pura tiniebla, pero la invitación es a que miren al Cielo y tengan la valentía de ver y de seguir la luz, como los Reyes Magos, a pesar de las amenazas… hay muchos que querrán aniquilar la luz de los jóvenes a través de la obnubilación de las drogas”.
Respecto a la poca participación en las elecciones detectada por el INE en procesos anteriores, razonó que la secularización y modernidad provocaron pérdida de valores en la juventud, que debe contrarrestarse al fortalecer a la familia.