Con señalamientos sobre nepotismo, confrontación y violencia en la actual administración central, se llevó a cabo el debate entre las candidaturas a la rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con el cual cerraron las campañas del proceso de sucesión.
En la primera parte del debate, realizado en sesión extraordinaria del Consejo Universitario, cuestionados sobre su lema, por qué quieren ser rector o rectora, cómo se encuentra la universidad y dónde estará la UAQ en 3 años, Guadalupe Zaldívar Lelo de Larrea externó que la universidad debe ser un espacio de resistencia en el que se anteponga el beneficio colectivo y subrayó que cumplir los compromisos son la carta de presentación de una persona, pero también de una institución.
“Los tiempos actuales nos han dado suficientes evidencias para reconocer que la corrupción, el nepotismo, la traición, la guerra sucia, la transa y las violencias no son la vía adecuada para una sociedad que aspira a vivir y convivir en armonía”, dijo.
Indicó que actualmente la universidad enfrenta una crisis financiera importante, por lo que deben existir políticas de austeridad, y apuntó que, en tres años, de ser elegida, se encontrarán en un proceso de recomposición financiera y trabajando bajo un esquema de transparencia y rendiciones de cuentas.
En tanto, Marcela Ávila Eggleton subrayó que quiere ser rectora porque tiene la capacidad para ello y una visión de hacer las cosas de forma distinta; señaló que ninguna administración puede evaluarse en blanco y negro dado que siempre hay áreas exitosas y otras que requieren trabajo, y enfatizó que actualmente se debe dar continuidad a un proyecto de universidad de unidad y evitar la confrontación con actores internos y externos.
Puntualizó que, de acuerdo con un diagnóstico realizado de la universidad, identificó cinco áreas de oportunidad para pasar de las buenas intenciones y ocurrencias a una planeación estratégica, de una universidad confrontada al interior y al exterior a ser un espacio de conciliación y reconciliación.
“Venimos de una administración que ha sido omisa en varios sentidos y se requiere diligencia, venimos de una administración que ha ejercido violencia institucional y tenemos que pasar a un espacio de libertad y convivencia institucional; y, finalmente, venimos de una administración que ha sido indolente, que ha sido sorda a muchos de los cuestionamientos y exigencias de la comunidad y tenemos que transitar hacia el diálogo y la participación activa de todas, todos y todes”, precisó.
En tanto, Manuel Toledano Ayala destacó que la UAQ es una de las 10 mejores universidades en el país, la cual cuenta con más de 100 programas de licenciatura y más de 100 de posgrado con un total de 33 mil 500 estudiantes, de los cuales 27 mil se encuentran en la zona metropolitana y seis mil 500 en los campus regionales. Mientras que Silvia Lorena Amaya Llano indicó que la universidad deberá basarse en el respeto y la diversidad, y en construir en lugar de atacar.
En un mensaje libre, Lelo de Larrea externó que la universidad debe ser un punto de referencia y ejemplo universal de civilidad, ética, solidaridad y reconocimiento de las diferencias y destacó que el proceso electoral que se vivió dejó mucho que desear sobre la institución.
“Desde mi punto de vista han llegado a extremos verdaderamente penosos, me duele observar el comportamiento oportunista, visceral e incluso violento de personas que son parte de nuestra comunidad, me duele que nuestra institución sea nota mediática no por su logros académicos, culturales, artísticos o de investigación, si no por sus vergüenzas y malas decisiones”, mencionó.
Marcela Ávila comentó que la polarización nunca termina bien, por lo que consideró que se debe pugnar por tener opiniones conciliadoras; Toledano Ayala celebró los procesos de comparecencia que se realizaron en las comunidades universitarias, mientras que Silvia Amaya apuntó que la pandemia, el paro universitario, los cambios en las políticas de educación superior y presupuestales si bien son un reto para la universidad, también son una oportunidad de transformación.
Cuestionados sobre los criterios para conformar su equipo de trabajo, Lelo de Larrea señaló que se elegirá a personas que cumplan con el perfil y sean honestas, responsables y trabajadoras, con lo cual coincidió Marcela Ávila, quien agregó que, además, deberán tener capacidad de diálogo y de resolver problemas.
Toledano Ayala garantizó que habrá paridad de género en las titularidades de las secretarías y direcciones de la administración central; en tanto, Amaya Llano dijo que deben tener el perfil idóneo, así como honestidad, espíritu de servicio, valores universitarios y trabajo en equipo.
Respecto a cuál será su primera acción para sanar las diferencias que dejó el proceso electoral, Lelo de Larrea indicó que se requiere una política de reconciliación y esquemas colaborativos para contar con una universidad que sea ejemplo de civilidad, ética y respeto; Ávila Eggleton reiteró que se debe trabajar en un proyecto de unidad para integrar todas las visiones y de forma horizontal, y no vertical.
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Toledano Ayala, destacó que su primera acción será abrir espacios de diálogo en todos los campus, donde volverá a presentarse y refrendará sus compromisos; mientras que Amaya Llano coincidió en la apertura de diálogo para buscar la reconciliación y trabajar con escucha, simpatía y empatía por el reconocimiento de la universidad, sus triunfos y su legado.
Concluidas las campañas, la votación de rectoría se llevará a cabo el 23 de octubre en las 13 facultades y escuela de bachilleres, a partir de las 8:00 horas.
