En Querétaro conviven Dios y el diablo a la luz del día. No sólo es uno de los estados más mochos del país, con el 91.1% de la población profesando el catolicismo o cristianismo, según el INEGI; también tiene una de las sociedades más groseras y mal habladas de México.
Y es que la variedad lingüística queretana ha generado el cambio de paradigma. Un estudio de la plataforma Preply, dedicada al aprendizaje de idiomas en 180 países, reveló que Querétaro es una de las ciudades cuyos habitantes usan más las groserías y malas palabras en su trato diario.
“De acuerdo con los resultados, se estima que el mexicano promedio dice un poco más de 7 groserías al día. Aunque la presencia de este fenómeno lingüístico depende de la región, las ciudades que dicen mayor número de groserías al día son Guadalajara, Zapopan, San Luis Potosí, Querétaro, Mexicali, Mérida, Aguascalientes, Ecatepec y León en Guanajuato”, informó la plataforma.
En oposición, las regiones donde menos se dicen son Toluca y Hermosillo con un promedio de menos de 5 malas palabras al día.
El estudio se llevó a cabo en 20 de las ciudades más pobladas del país, e incluyó consideraciones desde el uso polisémico de “güey” hasta el “chale” y malas palabras que se utilizan en las conversaciones.
Este análisis también expuso que el uso de groserías abarca una amplia gama de edades que van desde los 16 hasta los 44 años. Según los contextos de su uso, sólo el 14% de los mexicanos dice groserías en su lugar de trabajo, y el 81% de las personas participantes en el estudio prefieren evitar decir malas palabras frente a sus jefes, y 82% que evita decirlas frente a los niños.
Pero, el 44% incluye más groserías en su vocabulario a la hora de estar con los amigos, y el 22% lo hace cuando se está dentro de un auto, toda vez que el tráfico podría provocar decir una que otra mala palabra.
Preply es un marketplace estadounidense de aprendizaje de idiomas que conecta a más de 40 mil tutores con cientos de miles de estudiantes en 180 países, para la enseñanza de más de 50 idiomas.
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Señala que el estudio surgió tras analizar que México es un país con una amplia variedad lingüística, que van desde la jerga urbana hasta los regionalismos en constante evolución, en el que siempre han existido las malas palabras o groserías, que son utilizadas desde la infancia hasta la adultez, en ciudades o pueblos
“Con los datos anteriores se destaca como la evolución del lenguaje coloquial ha integrado las groserías en formas de expresión cotidianas y hasta humorísticas. Desde el uso popular con los memes, hasta la integración en canciones que todos escuchamos, en ritmos como el reggaetón, el rap, hasta los famosos y populares corridos tumbados. Esta adaptabilidad lingüística sugiere una amplia aceptación del papel multifacético de estás palabras dentro de la cultura mexicana contemporánea”, enfatiza.