Querétaro, un lugar de oportunidades: Joaquín San Román

Llegó a la entidad hace 44 años, lugar que lo vio crecer como comunicador y que a la par él vio crecer y desarrollarse social y económicamente  

Manuel Naredo / Colaborador Diario de Querétaro

  · lunes 8 de julio de 2024

Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro


“No me pudo haber pasado otra cosa mejor en la vida que encontrarme con Querétaro”.

Lo dice sin dudas, convencido por las satisfacciones que le ha dado esta tierra desde aquel ya lejano 1980 en el que llegó. “Es un lugar de oportunidades”, asegura Joaquín San Román, “y la hospitalidad de los queretanos que siempre nos han recibido y dado la oportunidad de compartir con ellos lo mejor de Querétaro, y eso se agradece”.

De hecho, el conocido comunicador, hoy director de Radio y Televisión Querétaro, responsabilidad que considera la cúspide de su carrera profesional, recuerda las fechas exactas en las que llegó a esta ciudad desde su natal Celaya, primero solo, y luego ya con la instalación de su familia.

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“Aquí vine a graduarme como radiodifusor, aquí tuve una hija queretana, aquí vi crecer a mis hijos, a hacerse profesionistas, a vivir con sus familias… No me olvido de mis raíces; tengo amigos y hermanas en Celaya, pero aquí me quedaré, en Querétaro, el día que me muera”, sostiene.

Desde su posición en la radio queretana, San Román ha visto crecer la ciudad de manera impresionante estos últimos casi cuarenta y cinco años; vivió en primera persona la transformación del periodismo en general, y de la radio en particular, y trató con todos los gobernadores desde entonces, del mítico Rafael Camacho Guzmán a su actual jefe, Mauricio Kuri. De todos dice tener buenos recuerdos, pero no deja de reconocer, entre sonrisas, que con Pancho Domínguez no le fue del todo bien. “Parece que no nos quería mucho a Miguel Ángel Álvarez y a mí”, dice, “pero bueno, no hubo mayor problema… Nada más que estuvimos sentados en la banca un tiempo, pero de ahí no pasó”.

Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

De entre las muchas anécdotas que contiene en el recuerdo, San Román trae la de aquella ocasión que se encontró a Ignacio Loyola, entonces candidato del PAN a la gubernatura, en las escaleras del edificio NIPO. “Oye, le dije, ¿Qué necesidad de querer ser gobernador; no vas a ser, el PRI siempre gana. Le dije: camina, no corras, mejor lánzate para la Presidencia Municipal. No, sí voy a ser gobernador, me contestó. Y luego, ya siéndolo, en una comida de la Cámara de la Radio y la Televisión, al tomar la palabra, Nacho dijo: Aunque Sanromán decía que no ganaba, a pesar de él, fui gobernador. Me la regresó”.

“Camacho transformó a Querétaro”, sostiene también al referirse al exgobernador Rafael Camacho Guzmán. “Les dio 18 presidencias nuevas y 18 auditorios a los municipios, rescató las misiones de la Sierra Gorda, remodeló el Palacio de Gobierno, y una de sus grandes obras fue Lomas de Casa Blanca. Cuando tomó posesión, en Lomas el drenaje iba por la calle”.

También recuerda cuando ya bien avanzada la construcción del estadio Corregidora, ante la prensa nacional y local, Camacho exigió a su secretario de Obras Públicas, el Ing. Gustavo Welch, respondiera a la interrogante de algún reportero sobre el número de salidas del inmueble y el tiempo estimado en su desocupación. Ante el divagar del funcionario y la respuesta de “las suficientes”, el entonces gobernador se exasperó y con su peculiar estilo calló a su subalterno asegurando “entonces no sabe”.

El radiodifusor celayense conocía bien Querétaro aún antes de que el destino lo trajera acá, en 1980, contratado por don Emilio Nassar.

“Venía mucho con mis amigos, regularmente los fines de semana”, recuerda sobre aquella época. “Íbamos a La Mariposa para poder ver a las chicas queretanas, y también íbamos al boliche de Constituyentes, y a los toros. Recuerdo una temporada de novilladas los jueves por la noche. Y al final, no podía faltar una torta de Las Tortugas, antes de regresarnos a Celaya”.

Cuando llegué, había en Querétaro cinco estaciones de A.M. y una de F.M., que era 95.5, ahora EXA”, rememora, aludiendo ahora a lo que ha sido su pasión y su vida: la radiodifusión. “Bueno, también estaba 89.5, Radio Universidad, que fue la primera F.M. de la ciudad. Después llegaron más emisoras de radio, y fue cuando se conformó Desarrollo Radiofónico, que aglutinaba a todas. Llegó a tener siete estaciones: cinco de A.M. y dos de F.M., luego de que llegó 94.7. Fue un desarrollo increíble”.

“Un día los comerciantes se reunieron en cónclave, por medio de la Cámara de Comercio de aquel entonces, para protestar por el monopolio que se tenía en la radio comercial”, sigue recordando, “porque, efectivamente, poníamos y quitábamos las tarifas de acuerdo con la inflación, y eso no les parecía. Tratábamos de que fuera muy justa la distribución para los dueños de las estaciones de radio. Don Emilio Nassar creó una tablita de tres para que las estaciones que vendían menos tuvieran más utilidad, y las que tenían más, recibieran un poquito menos, siempre guardando el equilibrio”.

Alfonso Soto se inició en la actividad productiva desde 1966. Foto: Irais Sánchez / Diario de Querétaro

Eran tiempos en los que se trasmitía el futbol, primero desde el estadio Municipal, y luego desde el Corregidora, y también los toros, desde la Santa María. En las trasmisiones futbolísticas compartía micrófono con Andrés Estévez, con Álvaro Rico, y con Javier Gordillo como la voz comercial. “Ahí en el estadio Municipal, Rafael Lozada, “El Chicharrín”, era todo un personaje, porque cada vez que había partido, llevaba lo que se dio en llamar “Chicharrines”, que mandaba hacer en La Vienesa; eran largos y tenían chorizo y queso amarillo adentro. Llevaba bolsas, y los repartía entre los pocos reporteros y comentaristas de radio que entonces había en Querétaro”.

San Román hace un recuento de aquellos personajes que tropezó el camino y que recuerda con especial afecto: el arquitecto Eduardo Ruiz Posada, que conformó el fraccionamiento La Joya y que recientemente murió; don José Estévez, quien invirtió en hoteles y mueblerías; José Roiz, quien con sus hijos logró exportar productos del campo a los Estados Unidos; Teresa Ortiz, con sus Grabaciones Selectas; don Chucho Oviedo, que desarrolló su empresa ferretera; y, desde luego, don Roberto Ruiz Obregón, “que desarrolló a Querétaro con inversiones y reinversiones, que continuaron, por mucho tiempo, sus hijos”. Hace especial mención a Nicolás González Rivas, el empresario de la plaza de toros Santa María, cuando asegura: “Me tocó la suerte de que Nicolás fuera un extraordinario amigo mío, hasta que lamentablemente falleció”.

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Han pasado ya más de cuarenta años desde que Joaquín iba y venía todos los días, en camión, a su casa de Celaya, y otros tantos de que finalmente pudo instalar aquí a su familia. Hoy, tras su escritorio y junto a la ventana desde donde se escucha el sonido de la queretana Plaza de Armas, agradece todo lo que le ha tocado vivir en Querétaro. “Estoy muy agradecido por lo que me ha sucedido en la vida”, confiesa con sinceridad; “me ha dejado crecer y me dio para vivir holgadamente. Ahora, este honroso lugar, que le agradezco al gobernador Kuri, creo que puede ser la cúspide de mi vida de trabajo. No digo que dejaré la radio, pero sí quizá los puestos y el mando de grupos”.

Afuera, un monitor da cuenta de lo que trasmite al momento la televisora estatal y una bocina hace lo propio con la trasmisión de radio. Joaquín Sanromán se prepara ya para encabezar, como lo ha hecho por tantos años y en diversos espacios radiofónicos y televisivos, el noticiero del día, una actividad de la que ha sido pionero en Querétaro. Tras de sus pasos al estudio se adivina un apasionado camino en los medios de comunicación , y muy en especial, en la radio, a la que ha entregado, sin reparos, su vida.