Como parte de las celebraciones de San Judas Tadeo, cuyo festejo conmemoran los queretanos cada 28 de octubre, cientos de devotos recorrieron a pie decenas de kilómetros para llegar a la capilla de La Noria, ubicada a un costado de la carretera 57, y agradecer los milagros cumplidos por el santo.
La celebración de San Judas Tadeo, también conocido como el patrono de las causas difíciles, es una devoción arraigada en miles de mexicanos, que cada año deciden recorrer a pie largos trayectos para pedir o agradecer milagros.
Juan Carlos Santana, y su familia, recorrieron desde las siete y media de la mañana, alrededor de 18 kilómetros a pie desde la colonia Bolaños para visitar la capilla del santo localizada en La Noria.
Desde hace siete años, recorren este trayecto por el legado que les dejó su madre; sus peticiones principalmente son por problemas de salud o de trabajo.
Entre la multitud de devotos, y comerciantes que venden cadenitas o estatuas de San Judas Tadeo, una familia resalta con un santo repleto de fotografías colgadas de niños, hombres y mujeres. Todos ellos han recibido un milagro o su “ayuda”.
Alma Liliana acompaña a la comitiva que carga el San Judas Tadeo de un metro de altura; al igual que Juan Carlos vienen de Bolaños y no sólo realizan el recorrido a pie, también con esta estatua, hacen visitas casa por casa.
“Ha hecho muchos milagros él y somos muy devotos de San Juditas”, dice.
Uno de los milagros que más agradecen y atribuyen a su fe en San Judas Tadeo es la recuperación de un niño con leucemia, diagnosticado a unos meses de nacer y que, actualmente, tiene siete años y “está limpio”.
“El día que fue a la casa a ver a San Juditas, (…) decía que ese señor (San Judas Tadeo) lo vio en el hospital cuando estaba enfermo. Mi mamá lo prometió traerlo vestido de San Judas porque le hizo un milagro muy grande”, dice.
Las filas para pasar a la capilla, en donde apenas caben sentadas entre 15 a 20 personas, alcanza unas 400, que bajo el sol, esperan fervientemente entrar al recinto y agradecer al santo.
El tráfico está imposible, pero esto no inmuta a los devotos; esperan pacientemente entrar a la capilla. La fe en este santo, tampoco distingue fronteras culturales; una familia, proveniente de un municipio en Michoacán también está en la fila; entre ellos hablan en purépecha y están próximos a entrar al recinto.
Sin embargo, muchos de los asistentes son queretanos; como Gregorio Guillermo Otilio, habitante de la colonia Casa Blanca, en la capital queretana, que desde las cuatro y media de la mañana inició un recorrido de aproximadamente 14 kilómetros para llegar a La Noria.
Su devoción inició cuando en una misa le regalaron a Gregorio una imagen del santo; a partir de ahí, cada 28 de octubre lo lleva a una misa o la peregrinación.
“cuando no tenemos nada; ni un peso, le digo quiero dinero, concédeme algo que no tengo para comer. Salgo para vender al día siguiente y la verdad, sí vendo”, asegura Marcela Bonifacio Atanasio, quien labora como comerciante y que acompaña a Gregorio.
El hombre de más de 30 años, menciona que su fe tiene más de una década (13 años aproximadamente), sin embargo, desde hace cuatro hace el recorrido a pie hasta La Noria.
UNA FE CRECIENTE
La capilla de La Noria, es una construcción pequeña en donde, de acuerdo con uno de los encargados, caben a lo más, 40 personas sentadas y de pie. Al interior, los devotos pueden prender veladoras que, en esta ocasión, vende a 15 o 40 pesos.
Imágenes de San Judas Tadeo están colocadas alrededor del recinto, al igual que algunas estatuas y los comerciantes aprovechan para vender algunas de estas figuras, recorriendo la fila de devotos.
San Judas Tadeo es reconocido como uno de los 12 apóstoles de Jesús y a lo largo de la República Mexicana, cada 28 de octubre, los feligreses agradecen su intervención para la solución de sus problemas.
“Es un santo milagroso”, enfatiza Gregorio.