Después de haber permanecido más de quince meses vacías, las aulas de escuelas privadas recibieron de nueva cuenta a sus principales ocupantes: los alumnos de educación inicial y preescolar fueron quienes comenzaron a recibir clases de manera presencial, mientras que los de los demás niveles de educación básica, pudieron asistir por tiempos cortos a algunas actividades.
El secretario de educación, José Carlos Arredondo, informó que 290 centros educativos privados solicitaron ser evaluados por el Comité Técnico de Salud, a fin de regresar de manera paulatina a lo presencial en sus instalaciones; aunque algunas escuelas recibieron observaciones para mejorar sus protocolos, desde la mañana del 15 de junio hubo otras a las que ya pudieron asistir los alumnos.
A pesar de que están conscientes de que mucho ha cambiado desde marzo de 2020, los hijos de Diana y Verónica se mostraron alegres y entusiasmados por volver a convivir con algunos de sus compañeros.
Parte del protocolo de prevención de contagios de Covid-19, que asumieron en el colegio Alberi Montessori, consiste en que el tiempo máximo de permanencia sea de tres horas, por lo que, los estudiantes no ingerirán alimentos durante ese tiempo, lo que contribuye a que porten el cubrebocas en todo momento.
Algunos de los padres de familia de dicho colegio, han sido activistas en e movimiento #AbreMiEscuela, abogando por el respeto a los derechos de la niñez. Refirieron que, a pesar de contar con las posibilidades de acceder a las clases impartidas desde plataformas virtuales, los aprendizajes no se han logrado de la misma manera durante el último año y meses.
Las madres de familia reconocieron el esfuerzo extraordinario y la capacidad de adaptación de los docentes, que han procurado en todo momento que los niños logren aprender aún a distancia y en las condiciones de zozobra propias de la pandemia.
“Sabemos que no hay riesgo cero”, aceptó Verónica, respecto al peligro latente de que el regreso a clases presenciales represente un incremento en las probabilidades de contagio; no obstante, expresó que, desde que inició la crisis sanitaria, el modo de convivencia en todas las esferas en las que sus hijos se desenvuelven ha cambiado, por lo que ya se encuentran sensibilizados respecto a los cuidados que deben mantener.
Asimismo, ambas explicaron que la institución ha socializado el protocolo desde hace ya tiempo, puesto que, además de la preocupación por preservar la salud física de los alumnos y quienes les rodean, también valoran lo que la convivencia escolar representa para el bienestar de los menores.
Refirieron que abundan los casos en los que los niños han pasado a cumplir con labores domésticas o de cuidado, por el hecho de no acudir a las instalaciones educativas, sobre todo en los casos de los que asisten a escuelas públicas, por lo que su expectativa es que el panorama mejore y siempre prevalezca el interés superior de la niñez, en el contexto de la llamada nueva normalidad.