Hoy sería un día de gran actividad en los colegios particulares por el inicio de un nuevo ciclo, pero la contingencia sanitaria además de vaciar las aulas ha provocado la quiebra masiva de instituciones que tenían hasta 30 años de operar y que han cerrado sus puertas y entregado sus inmuebles.
Sin opciones o programas de apoyo de ningún nivel de gobierno, para las escuelas privadas también esta crisis no tiene precedente.
La situación económica que trajo el Covid-19 afectó de forma severa al sector educativo, la mayoría de escuelas particulares reportaron bajas en la matricula, algunas trabajarán el próximo ciclo escolar en números rojos y lo cierto es que solo las más grandes sobreviven. Cerraron sus puertas principalmente los planteles de preescolares.
Los colegios que trabajan en diversos niveles como preescolar, primaria, secundaria y preparatoria podrán amortiguar el impacto económico de la baja en las matriculas, pero los preescolares o jardines de niño se han visto más afectados pues la mayoría de papás decidieron no inscribirlos ante la necesidad de tomar clases a distancia.
Gloria Elizabeth del Valle Verges, propietaria del Jardín de Niños “Hormiguitas”, en la colonia Lomas de Querétaro cerró sus puertas de manera indefinida tras más de 30 años de servicio, la baja en el número de alumnos y costos en servicios hicieron insostenible continuar brindando el servicio.
“Desafortunadamente el número de niños y al no ser propiedad mía el lugar, era un espacio rentado, los padres de familia decidieron no seguir, algunos se dieron de baja antes de que terminara el ciclo y esto mermó mucho la situación, yo en apoyo a los padres de familia baje las colegiaturas pero de todas maneras con pocos niños, pagando la renta y pagando a los maestros ya era insostenible”.
Explicó que a pesar de que los maestros de preescolar ajustaron los contenidos para los menores, es difícil debido ya que los niños de cinco a tres años no tienen la capacidad y el desarrollo para mantener la atención más de 15 o 20 minutos a una pantalla.
“Yo llegue a tener antes de la pandemia aproximadamente 40 alumnos, cuando empezó la pandemia teníamos 27 y se empezaron a dar de baja, terminé con 18 niños que si terminaron el ciclo escolar en línea como lo indicaron las autoridades pero algunos padres de familia decidieron que no era la forma que querían educar a sus hijos”.
Además “Hormiguitas” también brindaba el servicio de estancia infantil que financiaba la extinta Secretaría de Desarrollo Social, pero el actual gobierno federal desapareció este programa.
“Es muy fácil para el gobierno decir que se queden en sus casas pero, ¿quién va a educar a los niños? y ¿con quién se van a quedar?, ya no vivimos en tiempos cuando las mamás se quedaban a cuidar a los niños en su casas y los papás iban a trabajar”.
Para la maestra Gloria decidir cerras las puertas fue una decisión difícil pero oportuna para evitar caer en crisis y afectar tanto a maestros como padres de familia.
“Me di cuenta que no iba a poder pagar la renta, cuando me di cuenta que no iban a llegar más alumnos a mi escuela y cuando me di cuenta que no había algún apoyo por parte dela federación para poder salvar las escuelas, sobre todo las escuelas particulares porque nunca toman en cuenta las escuelas particulares y lamentablemente en las escuelas federales no caben los niños”.
Elizabeth Trujillo Juárez, del colegio Reina Elizabeth coincidió en la falta de apoyo o algún programa emergente en todos los niveles de gobierno, aunque la situación no fue tan drástica en su escuela, que cuenta con niveles de maternal, preescolar, primaria y secundaria la matricula bajó en un 15% a causa de la pandemia.
“Es cierto que ahora el ingreso de colegiaturas no alcanza para cubrir los gastos, se ha invertido en tecnología y sanitización, todo eso requiere inversión, este año realmente queremos sostenernos para continuar adelante pero lo que recibimos en colegiaturas ya no alcanza para el gasto operativo por otro lado nos vemos afectados porque a las instituciones particulares no nos da ningún tipo de apoyo el gobierno ni somos sujetos de crédito”.
Reconoció que trabajarán en números rojos, además de que están aplicando descuentos del 10% por pago puntual y un 15% mientras dura la contingencia para evitar la deserción.
Indicó que la primera etapa de la pandemia, a finales del ciclo escolar pasado la transición fue difícil, aunque los alumnos y maestros están familiarizados en temas de tecnología para este nuevo ciclo escolar invirtieron en infraestructura para impartir clases a distancia.
“Ya estamos mucho más preparados, esto ha requerido que el colegio tenga fuertes inversiones en plataformas, en cableado, en repetidores, en cámaras, señal de internet, toda la infraestructura tecnológica para poder ahora dar mejor el servicio educativo que se espera de nosotros, es casi imposible decir todo lo que hemos tenido que hacer para poder enfrentar ese reto”.
Aunque no existe una asociación que represente a las escuelas ante gobierno, la mayoría se mantiene en comunicación con la Secretaría de Educación para esperar indicaciones de cuándo abrir las puertas, pero entre directores y propietario de colegios particulares esperan un panorama negativo para este ciclo.
“Desafortunadamente conozco de varias escuelas que ya cerraron, otras están en peligro, nosotros tenemos 35 años y esperamos que esta crisis no nos tire, sino continuar adelante”.
Yomara García, encargada de Control Escolar del Instituto Rembrandt reportó que debido al desempleo y la difícil situación económica este bajó el número de inscripciones y reinscripciones en un 40%.
“Nuestra capacidad máxima por grupo es de 30 alumnos y ahora están en un promedio de 15 a 18 alumnos, el principal motivo es el desempleo, se ha hecho un ajuste y una tabulación de descuentos de apoyo durante esta contingencia ante el Covid, en cuanto a los grupos apenas estamos por verificar cuantos son los inscritos definitivos para ver si se van a cerrar grupos”.