Regresó el ambiente festivo en los alrededores de las calles Pasteur y 16 de septiembre con motivo de la conmemoración de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, donde la presencia de fieles católicos y la verbena popular volvió al Templo de La Congregación con todo y protocolos sanitarios.
Las ceremonias religiosas en el templo dedicado a la Guadalupana se llevaron a cabo con acceso restringido por las medidas preventivas anticovid, niños, jóvenes y adultos concurrieron al sitio para degustar algún platillo o rezar de rodillas a las afueras de la iglesia, aunque con un evidente déficit de aforo respecto a otros años.
"Para mí la Virgen lo es todo. Antes íbamos a la Basílica, pero ya la edad nos agota mucho y venimos aquí para la misa de nuestra señora. Vienen mis hijos a acompañarme y luego nos vamos a comer algo, pero nosotros sí somos guadalupanos de hueso colorado", señaló a este medio María Domínguez, devota, para quien esta creencia es parte fundamental de su vida como católica.
Las campanas repiquetean cada hora, mientras los puestos de comida se repletan de personas, entre gorditas de maíz quebrado, enchiladas queretanas, guajolotes y dulces tradicionales, comerciantes colocados en hilera a las afueras del santuario se dicen contentos por regresar a la vendimia después de dos años.
"Estamos hasta las 10:30 de la noche y con algo de gente. No hay tanta como esperábamos, pero es por la pandemia. Al menos ya salió la venta con estos días y podemos ayudarnos un poco, pues también nos las vimos difíciles, pero gracias a Dios hay trabajo y nosotros aquí vendemos para que la gente se acerque", mencionó Socorro Hernández, vendedora de uno de los puestos de comida.
La celebración a la Virgen de Guadalupe es una de las tradiciones religiosas más arraigadas en la cultura de México y que en Querétaro tiene su tradición particular. Un fenómeno social que cada año vuelve a este santuario y en el que cumple su 490 aniversario desde aparición.
"Yo le pido siempre a la virgencita por mi niño, José Adrián, quien falleció hace cinco años por cáncer. Le pido sobre todo por él, porque me lo cuidó cuando estuvo con vida y bueno, sabrá Dios por qué pasan las cosas, pero venimos cada año a su misa de nuestra virgencita y le pido por mi niño que está en el cielo, para que me lo siga cuidando", detalló Mariela Vázquez, madre de familia.
La creencia en la Virgen de Guadalupe fue eje de un sentimiento entre criollos y mestizos en Nueva España y tomada como bandera de los caudillos de la Independencia y la Revolución. Hoy el culto guadalupano persiste y a casi 500 años de su aparición, continuará entre las creencias de las y los queretanos, en este santuario dedicado "a nuestra madrecita".