Desde hace más de 30 años los habitantes de Santa María Magdalena celebran una de sus tradiciones más representativas con la Feria del Mole y la Tortilla, en el que las mismas familias suelen tener su propia variante de la receta del mole, que generalmente es cocinado a la leña, se sirve con pollo y arroz.
Este lugar es también reconocido por las tortillas de maíz hechas a mano; los pobladores preparan el maíz nixtamalizado y lo llevan a los molinos donde es convertido en masa, que en días de fiesta se pintan de rosa, verde y morado.
La celebración se realiza a finales de julio, cerca del Día de Santiago Apóstol (25 de julio) y pese a que el año pasado, por pandemia, no se realizó, regresa de nueva cuenta para continuar con la tradición.
Del templo se saca la imagen de Santa María Magdalena, patrona que da nombre a esta comunidad, la cual lucha contra el estigma de ser un lugar inseguro, sin embargo, la población asume que esto ha ido cambiando con el tiempo y este tipo de eventos les ha ayudado a que las personas cambien su percepción.
Jorge Arturo Zamudio pertenece al comité organizador de las fiestas patronales en honor a Santa María Magdalena. “Este proyecto fue iniciado por la parroquia, por un grupo, y se inició con dos cazuelas de mole y hasta ahorita se sigue haciendo”, señala, mientras en los alrededores decenas de personas se colocan en fila para recibir un plato de mole.
En palabras de Zamudio hay “bailables, la danza organizada por un grupo de la parroquia. Sinceramente no teníamos algo planeado y fue muy rápido, la gente se fue acoplando a las actividades que ha habido. La tradición es regalar el mole. Concurso no es. Son personas originarias de aquí de Santa María Magdalena”.
Familias, mole y tradición
El mole es una de las especialidades de esta comunidad queretana. Familias enteras se dedican a su venta cada ocho días y, en este caso, se reúnen para preparar cualquier tipo y ofrecerlo a la comunidad como parte de las celebraciones.
Tal es el caso de la familia Pérez Torres comandada por la Pureza Torres, quien empezó este negocio de venta de mole y que ahora continúan sus hijos y nietos. Su participación ha sido constante y han sido reconocidos por el sabor de su comida.
“Tenemos 20 años en este evento y nuestra especialidad es el mole verde y rojo. Vendemos todo el año, pero solo es para que lo preparen en casa. En estas festividades solo lo damos servido. Hemos obtenido el primer lugar en el mismo concurso de mole. Ganamos no recuerdo cuándo. La competencia es fuerte; Santa María es reconocida por su mole, aquí se hace el mejor”, señaló María del Rosario Pérez Torres, hija de Pureza.
En tanto, María Edith León Luna, quien se dijo orgullosamente originaria de Santa María Magdalena, ha participado recientemente en esta festividad. “Aquí hay muchas personas que se dedican a vender mole. Nosotros solo en estos momentos, pero es una zona donde cada 8 días la gente vende. Nuestro fuerte es hacer tamales”.
En esta ocasión decidió hacer mole rojo para la comunidad junto a su familia, con la intención de participar y apoyar a las personas que organizaron en esta ocasión el evento. Su cazuela se acabó a partir de las dos de la tarde.
“Ya tiene mucho tiempo este evento. Cada año se hace. Nosotros hemos participado en muy pocas ocasiones y lo decidimos por los muchachos que son encargados, pues ahora que es su último año los hemos apoyado”.
Bailes, danza, músicos
Bailes y música son dos ingredientes que no pueden faltar en cada festividad. Participan agrupaciones de la comunidad y otras invitadas con música tradicional mexicana como huapango o son jarocho, entre otros.
Un par de presentadores anuncian a cada organismo y entre estos se encuentra “El club de danza sobre silla de ruedas” con la participación de Martha Laura Barrera Rico, quien realizó dos presentaciones ante el público junto a su pareja de baile.
Tanto Martha como la organización, han estado presentes en tres ocasiones, lo que les ha permitido acercarse poco a poco a la población para que pueda ver el trabajo que realizan y cómo es que ninguna discapacidad evita que las personas bailen.
“Soy de Querétaro, vivo en el Centro, pero ya llevamos aquí tres años que venimos a Santa María Magdalena. Este club es de Querétaro y es gracias a nuestra maestra, Artemisa Velazco, y nuestra coordinadora, Aurora Medina, quienes se encargan de gestionar las invitaciones a los diferentes eventos que hay en la ciudad, que estamos presentes”, añadió.
Los ritmos que han bailado son “folclore y también huapango; tenemos ritmos como la rumba, cha cha chá y el vals inglés”, señaló, para en seguida continuar con su segunda exposición en la plaza principal de esta comunidad.
Además hay música de banda, sonido con ritmos variados y juegos pirotécnicos que se hacen presentes cada tanto. Un lugar mágico en el que las familias pueden convivir y disfrutar de uno de los platillos típicos de la gastronomía mexicana, pero al estilo de Santa María Magdalena.