“Sagrada” distancia en iglesias

Con la reapertura de los edificios religiosos pocas iglesias abrieron sus puertas, la mayoría están en limpieza

Alejandro Payán|Diario de Querétaro

  · jueves 18 de junio de 2020

Sana distancia entre bancas para rezar|Foto: Fernando Reyes|Diario de Querétaro

Con la reapertura de los edificios religiosos pocas iglesias abrieron sus puertas, la mayoría están en limpieza, el templo de Carmelitas en pleno corazón de la ciudad empezó desde temprano, se aplican los filtros sanitarios de manera estricta como tapetes sanitizantes, gel antibacterial y la distancia entre bancas.

El rector del templo, José Hernández Pérez sale desde temprano y en conjunto con sus colaboradores, empiezan a organizar el ingreso, aunque no se oficiarán misas la gente acude, solo pueden estar por espacio de 10 minutos.

El padre José entra al confesionario, el cual acaba de ser desinfectado, se sienta y ya hay una pequeña fila de fieles que ya esperan para pasar, avanzan rápido, tienen que resumir sus confesiones para no estar mucho tiempo, se levanta la primer persona y se limpia el mueble de madera y así avanzan.

Apenas hay unas 10 personas al interior, se sientan y rezan, cierran los ojos, la mayoría son adultos mayores, aunque son población en riesgo, aprovechan para acudir un rato al templo a orar.

“Aunque sea venimos a rezar un poco, a bendecirnos frente al santísimo y a volver a nuestras casas, venimos temprano para que no haya mucha gente”, comenta doña Cecilia, quien con su bolso en mano va a continuar con su mandado.

El pequeño templo mantiene de manera estricta las medidas de vigilancia, un par de auxiliares vigilan desde la entrada el ingreso de los fieles, los orientan, hasta incluso les recomiendan donde sentarse para evitar aglomeraciones.

Pocas iglesias abrieron, la mayoría se encuentra realizando labores de limpieza, aunque otros como el templo de La Cruz, no han retirado las bandas que prohíben el paso desde el atrio, se informó que solo algunas realizarán misas dominicales o por la tarde, pero de manera paulatina para cuidar la salud de los fieles.

La gente que va pasando por la calle aprovecha y se persigna, los pocos que entran lo hacen rápidamente, los rostros de las personas que salen son de alegría, tan solo el estar un par de minutos les brinda felicidad y paz, saben que poco a poco se irán acomodando y podrán regresar a las misas como antes de la pandemia del Covid-19.