La delegación de Santa Rosa Jáuregui se ha destacado por más de 60 años como el lugar que alberga los mejores negocios para comprar carnitas; años que le han dado el mote de “La capital de las carnitas”, porque se ha convertido el motor económico local.
Por lo menos el 90 por ciento de sus comunidades son del medio rural y a pesar de sus rezagos en servicios básicos, educativos y sociales, los habitantes de la demarcación se abrieron paso con ayuda de sus negocios en la cabecera delegacional.
Los habitantes de la zona, hasta la primera mitad del siglo pasado, el pilar de la economía en Santa Rosa Jáuregui eran las labores agrícolas y comerciales, la venta que carnitas comenzó a crecer cada vez más, por lo que se volvió típica en la década de los sesenta.
En la llamada “Capital de las carnitas” hay familias enteras dedicadas a este giro, tal es el caso de “El Pariente”, negocio ubicado a pie de carretera rumbo a San Luis Potosí, con más de 40 años en el giro; que atiende la familia Vargas Oviedo y son seis hijos los involucrados en el negocio.
“Mi hermana la mayor fue la que empezó a atender aquí, desafortunadamente falleció, pero mi papá desde que teníamos tres años, nos enseñó a trabajar, el ahorita ya casi no viene para acá, entonces los llevamos yo y otros dos hermanos, somos los que estamos más involucrados”.
Don Rutilio Vargas comenzó vendiendo carnitas en el centro de la delegación como muchos de los locales que existen en la calle Independencia, gracias a las ganancias compró el terreno donde llevan 33 años.
El hijo más pequeño es arquitecto y fue quien se encargó de la remodelación del negocio hace aproximadamente 10 años. Al principio “El pariente” vendía un puerco diario, sin embargo los fines de semana es cuando más venta se registra.
“De lunes a jueves vendemos como dos puercos, pero el viernes a domingo ya sube la venta, una vez un domingo vendimos 10 puercos que si no mal recuerdo fue el Día del padre, entonces mucha gente se llevó carnitas a sus casas”.
Janet Vargas Oviedo recuerda que al inicio sólo habían dos casas y la miscelánea que hasta el día de hoy existe y no ha cambiado de giro, de hecho el paradero estaba pensado para tráileres, tenían dos turnos: “La idea de mi papá era que la gente que se dedica al transporte, tuviera donde comer y descansar un poco”.