En México, el 58% de los mayores de 18 años viven en el sedentarismo, alertó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), situación que también afecta al 60% de la población mundial que es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.
A través de un comunicado, el ISSSTE afirmó que la inactividad física, sumada a malos hábitos alimenticios, son los principales factores de riesgo para el desarrollo de la obesidad y las enfermedades crónico-degenerativas, las causas importantes de muerte en el país.
A este respecto, el Maestro en Ciencias del deporte e implementador central del programa Manejo Integral de Diabetes por Etapas del Instituto, Oscar Esteban Sánchez Santos, señaló que son las actividades laborales y los estilos de vida los que generan el sedentarismo, por lo que invitó a la población a fomentar la práctica física o deportiva de manera regular, y llevar un estilo de vida saludable.
“Las actividades laborales, escolares y los estilos de vida actuales nos generan un mayor tiempo de inactividad física al estar varias horas frente a una pantalla de computadora, televisión, videojuegos, tabletas y celulares, por ello es importante reducir estos tiempos inactivos y la recomendación es que las personas no permanezcan más de dos horas consecutivas sin moverse de 5 a 10 minutos”, destacó.
Dijo que practicar actividad física y/o ejercicio físico de manera regular a lo largo de los años produce efectos benéficos a corto, mediano y largo plazo en la salud, tales como disminuir la grasa y controlar el peso corporal, fortalecer los huesos, aumento de la masa muscular y el envejecimiento saludable.
En el campo de la salud mental, dijo, que realizar actividad física regular permite segregar hormonas y neurotransmisores que nos hacen sentir bien, esto también ayuda a mantener un buen estado de bienestar mental y disminuye la presencia de enfermedades como depresión.
Precisó que la actividad física puede dividirse en no estructurada y estructurada. En la no estructurada están actividades como cortar el pasto, realizar actividades en el hogar, utilizar escaleras, bailar, caminar, desplazarse o trabajo que implique movimiento.
En cambio, la actividad física estructurada implica realizar actividades en un gimnasio bajo la supervisión de un profesional, practicar algún deporte, establecer una rutina de actividad física que se realice en una hora establecida, con duración e intensidad establecida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una actividad física de intensidad moderada, con mínimo de 150 horas de práctica por semana.
Por último, el experto en Ciencias del deporte aclaró que la incorporación a toda actividad física regular se debe realizar gradualmente, de acuerdo con la edad de las personas, a su capacidad, habilidad y ajustarse en caso de que se tenga algún padecimiento.