Obras de arte sobre ruedas circularon la mañana de este domingo por la calles del Centro Histórico de la capital, con un mensaje de hermandad y no violencia, principios básicos de la cultura lowrider.
Se trató de una segunda rodada de automóviles y bicicletas modificadas, organizada por el Club Baja Vida Lowrider, que desde hace dos años integran más de 30 jóvenes de diversas colonias de Querétaro y Guanajuato.
Exponer la cultura lowrider y presentar a la ciudadanía queretana las obras que a lo largo de meses, incluso años, han logrado al transformar vehículos clásicos y bicicletas, es el objetivo de esta rodada, comenta Ricardo Alvarado “El Bofo”, integrante del club.
“Nuestra idea es que en Querétaro nos ubiquen como lo que somos, un club, y no como pandilleros, que vean en realidad los proyectos que creamos, que no nos tomen como una pandilla más, sino fomentar la cultura lowrider”.
La cultura lowrider, explica, fue creada en California por mexicanos que buscaban expresarse ante la sociedad, modificando carros que la gente no quería, “los achaparraban y salía a lucirlos, pero policía lo impedía”; entonces era un delito traer un carro bajo.
También fomentan la amistad y la no violencia, hay una hermandad entre sus integrantes, “nos miramos como familia, si uno necesita de algo todos lo apoyamos. Esta cultura es vieja, pero aquí en Querétaro son pocos los que la conocen”.
El mensaje para la sociedad, es que no somos pandilleros, nos dedicamos a modificar carros y bicis, para exponerlos; es así como expresamos nuestro amor hacia la cultura lowrider, comenta por su parte Uriel López Flores.
Carros clásicos como el marquis, son modificados en interiores y exteriores, adecuados al piso, con hidráulicos, a los que se colocan pinturas brillantes y llamativas, sonidos, rines de rayos, elementos cromados y accesorios.
“Nosotros los pintamos, las modificamos, en el club hay mecánicos, hojalateros, y entre todos nos apoyamos, tenemos un pequeño taller, si a alguien le hace falta algo, llevamos el carro o la bici, y nos apoyamos y lo arreglamos”, refieren.
La mayoría de los integrantes del club, son ex pandilleros que hoy cuentan con una familia que también participa en las rodadas organizadas; muchos de ellos incluso fueron deportados de los Estados Unidos, y hoy están de regreso en su tierra natal.
Se pronuncian porque su apariencia no sea un motivo de discriminación por parte de la sociedad, o de las propias autoridades que en muchas ocasiones les cierran las puertas, los retiran de lugares públicos y no les permiten exponer sus proyectos.
El público en general que esté interesado en sumarse a este club, tiene las puertas abiertas, aseguran, no necesitan ser de pandillas, cholos –como la sociedad nos señala- o vaqueros.
La rodada partió de la Plaza del Mariachi, hacia el Centro Histórico de la ciudad, hasta llegar a la Alameda Hidalgo, donde la ciudadanía pudo observar los vehículos y bicicletas expuestas.