Hoy la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) cumple 60 años de autonomía, esto gracias a la lucha estudiantil acontecida del 16 al 27 de enero de 1958 en el que se restituyó a Fernando Díaz Ramírez en la rectoría y terminó por concederle libertad a la institución; por lo cual la casa de estudios lo celebrará con el sellado de una cápsula del tiempo que se abrirá hasta el 2059, cuando se cumpla el centenario de esta fecha.
De acuerdo con datos históricos, en esa época el gobernador del estado, Juan Crisóstomo Gorráez nombró a José Alcocer Pozo como rector de la UAQ, lo que generó un movimiento de huelga con el que estudiantes pedían, el regreso de Díaz Ramírez, así como la independencia para elegir a sus autoridades y elevar el subsidio a la institución.
Con el apoyo de la sociedad queretana, el movimiento estudiantil consiguió que el 27 de enero de 1958, en la Secretaría General del Gobierno del Estado, se levantara el acta con la que se formalizó lo exigido por el estudiantado universitario de Querétaro y regresó a Fernando Díaz Ramírez a la rectoría de la casa de estudios.
Posteriormente, la XXXIX Legislatura del Estado aprobó la creación de la Ley Orgánica de la Universidad, reconociendo su Autonomía con la publicación del decreto correspondiente al 29 de enero de 1959 en “La Sombra de Arteaga”, el cual entró en vigor el 5 de Febrero de ese año.
Al respecto, el cronista de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Juan Trejo Guerrero indicó que la Autonomía ha permitido a la casa de estudios combatir con valentía, fuerza y dignidad la pretensión de los gobiernos de intervenir en la vida universitaria; y exigir suficiencia presupuestal que hasta la fecha se le ha negado.
“La Autonomía significa su libertad, autogobernarse en lo académico, administrativo y en otra vertientes para ser el contacto con la sociedad a través del extensionismo. A partir de 1959 empezamos a ser libres. El autogobierno es algo muy preciado para las instituciones de Educación Superior. La Universidad con su Autonomía logró adquirir mayor personalidad social y ampliar sus proyectos al grado de que ha tenido un crecimiento exponencial”, expresó el cronista.
Juan Trejo apuntó que Díaz Ramírez fue un rector paternal, pues conocía muy bien a sus alumnos, y describía a la Universidad como su segunda madre, además de ser muy ilustrado, a tal grado que si algún profesor faltaba a clases, él daba la cátedra sin importar que la materia no tuviera relación con su carrera, la cual era Derecho.