Considerado uno de los municipios más afectados por la sequía excepcional, Peñamiller por fin registró durante la última semana precipitaciones que no solucionan el daño de 3 años sin recibir lluvia, pero que alivian temporalmente el grave problema.
“Dios escuchó nuestras plegarias”, manifiestan los vecinos del Río Extoraz al ver que ahora luce caudaloso y con fuerza, cuando hace apenas unos días la falta de lluvia era apremiante y quienes se dedican al campo vieron mermadas sus cosechas.
La poca captación de agua en los pozos, presas y ríos prácticamente habían paralizado la economía y el bienestar de sus habitantes.
Después de 3 años de sequía extrema, moradores como Favio Olvera, de Villa Emiliano Zapata “Extoraz”, declaran a Diario de Querétaro que las nulas lluvias en el semi desierto era una gran pérdida para quienes se dedican al cultivo, “muchos de los agricultores hemos perdido gran parte de nuestro patrimonio, los insumos son caros y cuesta mucho volver a sembrar”, explicaba en aquella ocasión.
“Nosotros tenemos una pequeña parcela y aunque tenemos un pequeño pozo este no es suficiente”.
Por 3 años delegaciones del municipio de Peñamiller como Villa Emiliano Zapata “Extoraz”, El Pilón, entre otras, fueron duramente azotados por la falta de lluvia.
Apenas la semana pasada habitantes de los ejidos decían que “aquí vale más el agua que la gasolina”, de ese tamaño era la escasez del líquido en la zona donde plantaciones enteras murieron, dejando en la desolación a cientos de familias que vivían de la cosecha de aguacate, jitomate, calabaza, cacahuate, frijol y maíz.
En su momento los gobiernos federal y estatal implementaron medidas para mitigar los efectos de la sequía, donde se incluyen programas de apoyo a los agricultores, promoción de técnicas de riego más eficientes y la búsqueda de variedades de cultivos más resistentes a condiciones extremas, sin embargo, a decir de los afectados estas ayudas no fueron suficientes y no a todos los agricultores les llegaron.
En el recorrido hecho por reporteros de esta casa editorial, pudimos observar y sentir la desolación que causaba una sequía que a decir de Evencio Linares Jiménez, quien es el comisionado de Extoraz y cuenta con 67 años de vida, nunca se había visto en la región.
“La seca, no nos dejó levantar la cosecha, las mazorcas no llenaron, la falta de agua no logró que la caña se levantara y aunque la regábamos constantemente no fue suficiente, faltó la lluvia”.
“Tuvimos que hacer un pozo, pero no todos podemos hacerlo, cuesta más de 50 mil pesos y luego tenemos que contratar peones que nos ayuden a escarbar (…) ahorita mis nietos me ayudaron y se metieron. Pero los demás, aunque quieran, no tienen los recursos”, indicó.
Las pérdidas para los que siembran llegan hasta 60 mil pesos por temporada, pero aun así los agricultores no quitan el dedo del renglón y volvieron a sembrar. “Esperamos en Dios que este temporal traiga lluvias, pero si se nos vuelve a secar por lo menos la utilizamos de alimento para los animales”.
Plantar y que sirviera de alimento para dar de comer a los animales fue un privilegio para algunos, habitantes de comunidades como El Pilón que no cuentan con pozos, se vieron en la necesidad de vender su ganado y dejar de sembrar definitivamente “aquí cultivábamos aguacates (…) del Hass, corriente y de huerto, pero definitivamente se secaron los árboles, mi suegra tenía 60 árboles y todos se secaron. Quienes teníamos animales los tuvimos que vender, aquí no se puede desperdiciar el agua. No tenemos agua para los animales (…) con trabajo nos bañamos y lavamos la ropa hasta que ya se levanta con nosotros”, aseguró vecino de la comunidad.
Los altos costos y pérdidas que los campesinos de pequeñas milpas tuvieron, los obligó a emigrar a la capital queretana, incluso a otros estados como CDMX e Hidalgo, otros más aventurados decidieron viajar a Estados Unidos en busca del sueño americano y ofrecer a su familia algo mejor.
EL MILAGRO
La esperanza de los que siembran que pedían con toda devoción que las tormentas hicieran lo suyo, al parecer se les cumplió y desde la semana pasada el agua a caído entre una y una hora 30 minutos diario, “es lo que necesitábamos”, milagrosamente el río y las presas se han visto con agua y de ser así, finalmente las cosechas pudieran volver a darse. Para los agricultores esta lluvia trae buenos presagios, con ello la fe y la esperanza que puedan volver a cosechar para no tener que abandonar el campo de sus amores, ese que han cuidado la gran mayoría desde que eran unos niños.
ACCIONES DESESPERADAS
Debido a la sequía que padecieron por poco más de dos años los agricultores queretanos han construido sus propios pozos, aunque es una inversión cara, muchos han logrado conseguir créditos para hacerlo. Otros más han pedido a los gobiernos los apoyen con la realización de pozos profundos para poder contar con agua y seguir viviendo de su milpa.
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Otros tantos han implementado nuevos métodos de riego para lograr que su cosecha se dé y han recurrido al riego por goteo, “el riego por goteo lo implementamos para ahorrar agua, pero esta temporada no se dio, porque ya los pozos están secos y no alcanzaron a llenar”, mencionó Mari Matías León.
Finalmente, las lluvias se hicieron presentes, las plegarias fueron escuchadas, hoy para los habitantes de Peñamiller llegó la esperanza que solo Dios y la madre naturaleza les pudieron regalar, tener lo que se convirtió en oro y un verdadero tesoro: “el agua”.