La Secretaría de Salud espera recibir en mayo el abastecimiento de vacunas para la población, entre ellas la de hepatitis B que se aplica a los recién nacidos, luego de la falta de producción internacional, confió la directora de Servicios de Salud, Martina Pérez Rendón.
Recordó que la falta de vacunas en los centros de salud se debe a un desabasto internacional, porque no hay producción y aunque “México ha hecho las gestiones para adquirirla, pues si no hay, ¿dónde la compra? Lo que nos habían notificado a nivel nacional es que probablemente en este mes la recibiéramos, decían que a principios de abril, no tenemos fecha, nos dicen que probablemente para mayo”.
Pérez Rendón puntualizó que la adquisición de vacunas se hace a través de un proceso que incluye convenios con el gobierno federal y en este momento se lleva a cabo un proceso de licitación.
Algunas de esas vacunas ya llegaron al estado, como la pentavalente, la de rotavirus y neumococo. De otras, todavía se tiene un poco de abasto en los centros de salud y las demás, se espera recibirlas en mayo.
En lo que se refiera a la vacuna contra la hepatitis B que se aplica a los recién nacidos, descartó que pudiera generarse un riesgo por no suministrarla en este momento, ya que después se complementará el esquema de vacunación.
“De la hepatitis B, la enfermedad de hepatitis B, su principal forma de transmisión es la vía sexual y cuando recién te infectas puedes tener fiebre, puedes ponerte amarillo, ese cuadro pasa y la infección se queda. La aplicamos en los recién nacidos y después completamos su esquema, porque hay la remota probabilidad de que la mamá estuviera infectada y transmita la infección al niño, por eso se le aplica la vacuna al recién nacido”, declaró.
PREVÉN AUMENTO DE INFECCIONES GASTROINTESTINALES
En otro tema, Martina Pérez recordó que en esta época hay un incremento en las infecciones gastrointestinales, por lo que es necesario incrementar las medidas preventivas de este tipo de enfermedades, ya que suman 16 mil 314 casos en lo que va del año.
Aunque en lo que va de la temporada se tiene una disminución del 19.4 por ciento de este tipo de infecciones de enero a marzo, en comparación con el mismo periodo del año pasado, “apenas empieza a subir la curva de las diarreas, el pico máximo lo hacemos en junio o julio y luego empiezan a descender nuevamente”.
Para reducir el riesgo de padecer este tipo de enfermedades, urgió a la población a aplicar todas las medidas preventivas posibles, como un lavado de manos frecuente, sobre todo después de ir al baño, antes de preparar alimentos y después de cambiar a un bebé, al igual que antes de comer.
Además, el consumo de agua debidamente hervida, clorada o purificada, así como consumir sólo alimentos que se prepararon de manera higiénica y sólo consumir pescados o mariscos bien cocidos o fritos, así como el lavado y desinfección de frutas y verduras.