La trayectoria de su papá durante más de 30 años como maletero han llevado a Rosy Ramírez a tener un gran apego a la Peregrinación que va de Landa de Matamoros la Basílica de Guadalupe. Este viernes partió con la columna de mujeres, tradición que, dijo, ha mantenido desde hace 14 años.
Y a todo eso comparte que ha adquirido una fe hacia la Virgen de Guadalupe luego de haber recibido algunos milagros, como fue cuando su nuera se puso grave cuando tuvo a su hija. A lo que, expresó, las cosas salieron bien, ya que, de acuerdo con ella, le dieron que sólo iba a sobrevivir una de las dos.
“Me decían que mi nuera iba a perder a su nena, o que una de las dos iba a fallecer porque se puso grave. Le pedimos a la Virgencita y están ambas”, compartió Rosy Ramírez.
Agregó que los 14 años que tiene como peregrina nacieron al ver a su papá como maletero cada vez que llega la fecha de salir de Neblinas, en Landa de Matamoros. Su actividad era cargar en un camión tipo torton las maletas de las peregrinas y peregrinos a cambio de un pago, con lo cual las trasladaba hasta la Ciudad de México.
“Mi papá era maletero, pero ya falleció. Duró como 30 años con esa actividad y ahora mi hermano realiza esa actividad”, comentó. Él se estaciona en unas de las calles de Neblinas donde las mujeres peregrinas le pagan para el traslado de las maletas.
Rosy mencionó que precisamente el ver el ambiente que se generaba dentro y alrededor de la peregrinación eso fue lo que le atrajo, además de la fe que adquirió, para ahora ser una más de las mujeres que salen en la avanzada de la Peregrinación al Tepeyac.
Platicó que ella y su familia son originarios del municipio de Ezequiel Montes, desde donde se prepara con su fe “y todo lo que se pueda para poder terminar la caminata a la Basílica”.
Rosy Ramírez comentó que por ahora no se ha visto en la necesidad de hacer una dieta especial o realizar jornadas de ejercicio, ni tampoco ir con un médico para hacerse un chequeo médico.
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En otras cosas, argumentó que ya se dio a la tarea de invitar a una amiga para que se una al contingente. Es Mónica Montes, de Bernal, quien compartió que tiene un negocio de gorditas en el Centro de esa localidad.
“Aquí es hermosísimo, es otra cosa estar aquí; es más, ni yo me la creo, por los hermosos paisajes que hay aquí. Además, el trato de las personas; como que todo es diferente”, compartió Mónica, quien dijo que igual ha recibido algunos milagros, y que por eso su agradecimiento a la Virgen de Guadalupe.