A un año de la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, el análisis de los primeros meses es difícil, pero el pulso del pueblo es evidente sobre las carencias que aún se viven en el país, afirmó el obispo de la diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz.

“A un año de su elección me parece poco tiempo, sin embargo el pulso es el del pueblo, parece que (el Presidente) ha hecho esfuerzos por estar en comunicación y estar informando pero por otro lado vemos una percepción de incertidumbre en el tema económico, político del caminar del país”.

A pesar de que el actual gobierno anunció una política donde se daría prioridad a los pobres y se tomarían medidas de austeridad, no se ven avances en cuanto a la reducción en índices de pobreza y desempleo.

“La pobreza se combate no solamente dando dinero en efectivo, sino tenemos que analizar la generación de empleos, una economía exterior que incida en la economía interior, hay muchos rubros que analizar”.

Armendáriz Jiménez dijo que el hecho de que haya movilizaciones en todo el país en contra del gobierno, es una lectura que el Presidente debe entender como un proceso social de inconformidad por las promesas hechas en campaña.

“Hablar de austeridad y pobreza es un riesgo porque es la incoherencia, entonces sí creo que tendrá que dar una explicación y no solamente es eso, sino también el tema de ayudar a un país cuando miramos más del 50% de un país pobre y un gran porcentaje en pobreza extrema sin mirar claros los caminos que se dan para que nuestro pueblo salga al menos de esa pobreza extrema”.