Este jueves no se observó la presencia de vendedores ambulantes en el Jardín Zenea y el andador Madero. Desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde, estas áreas, que anteriormente solían estar llenas de comerciantes informales, se encontraron completamente vacías, sin embargo, el municipio de Querétaro no ha informado sobre algún operativo ejecutado en los últimos días.
La ausencia de ambulantes contrasta drásticamente con la situación del pasado domingo, cuando el área estaba repleta de vendedores y parecía no haber un control claro sobre el comercio en la vía pública. La repentina transformación ha generado diversas opiniones entre los comerciantes establecidos y los vecinos de la zona.
Los comerciantes del mercado artesanal, ubicado en la calle Allende No. 20, señalaron que aunque mantendrán los acuerdos con las autoridades municipales, pese a que la afluencia de clientes sigue siendo baja.
Un vendedor del mercado expresó: “Hay un grupo que prefiere estar afuera, pero eso nos afecta a todos. Necesitamos más gente que venga a comprar”.
En una visita al mercado artesanal, se constató que todos los carritos estaban ocupados por artesanos que, refieren que el mercado no ha mejorado su situación económica.
“Aún necesitamos que la gente visite el mercado, tenemos buenos precios, queremos vender”, añadió un comerciante.
Al cuestionar a una inspectora del comercio en vía pública, quien pasaba por la zona sobre las acciones implementadas, solo comentó que los ambulantes han regresado al mercado artesanal.
La presencia de ambulantes en el centro histórico ha sido un tema de debate entre las autoridades, los comerciantes establecidos y los ambulantes.
El lunes pasado, el presidente municipal, Felipe Fernando Macías Olvera, indicó que no se permitirían más ventas ambulantes en la zona. Esta decisión fue en parte respuesta a las solicitudes de un grupo de artesanos que querían permisos para vender en las afueras del Parque Alameda Hidalgo.
Sin embargo, los comerciantes establecidos en el mercado artesanal expresan que aún deben luchar contra la baja afluencia de clientes.
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“A veces no sabemos si la gente prefiere comprar en la calle o en el mercado. Necesitamos que vengan más visitantes”, comentó otro artesano.