Son 11 años los que Héctor Miguel Moya Campos lleva participando en el Viacrucis viviente, nueve en Hércules y este año cumplirá dos en La Cañada, El Marqués, donde interpretará a uno de los crueles verdugos que flagelarán a Jesús desde que es sentenciado hasta su muerte, en la punta del Cerro del Bautisterio.
Narra que pese a ser originario de Hércules, fue aceptado para colaborar como actor en Tribunales de Jesús, por lo que además del papel que ahora le confirieron, también suma a su experiencia haber sido soldado y apóstol.
“Me invitaron amigos a participar en el grupo de Tribunales… aquí en Hércules fueron tres ocasiones las que me tocó de verdugo y esta es mi primer año que me dan la oportunidad en La Cañada”.
Es difícil ser verdugo, pues es necesario recrear a una persona que destaca por su locura, pues sólo así, dice, es posible golpear tan salvajemente a Jesús.
“Ya cuando vas a mitad del camino sientes como sufrió en ese entonces, y sí se hace difícil… conforme a los ensayos, ya lo va manejando uno, trata de ser lo más profesional”.
Interpretar el papel requiere esfuerzo físico, psicológico y espiritual, de ahí que diariamente corre 30 minutos, desde enero levanta pesas y durante lo que va del año, al igual que Jesús, además de los ensayos, realizan dos veces por semana el recorrido que tendrán que efectuar.
“Espiritualmente también nos preparamos, nos dan pláticas… una noche antes, el Domingo de ramos, tenemos una pequeña “velación”; estamos en retiro, rezando, nos preparamos, nos mandan confesar, obviamente, los que salen de apóstoles tienen que estar casados… no en unión libre, que no tengan hijos fuera del matrimonio”.
Lo que más duele es analizar como la corrupción permitió que Jesús fuera asesinado y que esa misma descomposición social siga existiendo.
Respecto a si su experiencia ha influenciado a otros, narra que su hermano Jesús ha externado que quiere ser parte del Viacrucis, pero que él le explica que debe esperar hasta que sea mayor para que realmente analice la relevancia de la actividad a la que se suma.
“Le calculo que entre 18 y 20 años ya está un poquito más maduro… y ya puede escoger si le gusta (participar)…. En Tribunales de Jesús tenemos pequeños de 8 a 10 años, y los niños van, obviamente porque les nace, y van a la representación, que es (cuando dice) “Dejad que los niños se acerquen a mí”, es como ellos nos apoyan”.
Por último, narra que en su vida diaria es trabajador del IMSS, en la clínica de Hércules, además de que acaba de graduarse como abogado.
“Me veo en Tribunales de Jesús como un personaje protagónico, ser verdugo sí es protagónico, porque sales casi en la mayoría del Viacrucis, pero me gustaría hacer un personaje como de Marcos, Samuel, soldados judíos… me gustaría ser más adelante, si Dios me presta vida y llegaran a ofrecérmelos… conforme a los años, yo siento, porque de un día a otro no se hizo Roma”, finalizó.