De cada 100 personas que consumen "cristal" solo dos logran rehabilitarse, explicó Emiliano Carrillo Esquivias, director del área de adicciones de PSYQUE IAP, quien añadió que en Querétaro la incidencia ha aumentado en los últimos cinco años, principalmente en adolescentes de 12 a 17 años de edad, siendo la tercera droga de impacto (después del alcohol y tabaco) con hasta un 27% de las atenciones psicológicas.
Esto de acuerdo a los tratamientos que se ofrecen en la asociación, donde se realizan dos mil 50 al mes, siendo el tema de las adicciones las que ocupan el 40% de los servicios, donde refirió que después del "cristal" la otra droga de impacto es la marihuana, siendo superada hasta los años recientes en la entidad, con una sustancia aún más perjudicial.
"La droga en estadística actual, en consumo de "cristal", con una cifra aproximada, de 100 personas que la consumen solo dos personas logran salir en su totalidad del consumo, porque la sustancias que tiene la hacen más adictiva de lo normal. Aparte de la acetona, gasolina blanca, ácido de batería, fósforo, éter, litio, tiene amoniaco".
Entre las principales causas de que los adolescentes en Querétaro consuman dicha sustancia, de acuerdo a las atenciones de PSYQUE IAP, se encuentra el del abuso sexual en la infancia, la separación de los padres, la existencia de algún antecedente familiar de adicciones, falta de autoestima y la falta de comunicación en la familia nuclear.
"En los valores y la educación que se les da a los jóvenes no se les enseña la magnitud del problema en que se meten, y la ideología que tienen de que si están con situaciones personales e interactúan con drogas se les va a olvidar lo que padecen, que sucede con jóvenes de 10 o 12 años de edad, que quieren probar y no hay con quién acudir para hablar sobre el tema".
Explicó lo preocupante que han sido los niveles de incidencia al respecto, sobre todo en la diferencia de género que cada vez se acorta, pues hace cinco años el 80% de los varones la consumían y actualmente hay una incidencia en mujeres del 40%, lo que plantea nuevos esquemas y panoramas de trabajo para intervenir como asociaciones o de las propias instancias públicas.
Asimismo, mencionó que es importante que como familia exista una comunicación cercana con los hijos, para ayudar a reducir los índices de consumo, así como señaló que existe una falta de atención institucional integral que no solo se dedique a trabajar con los casos, sino en generar programas que prevengan su consumo.
"Desde la política pública falta poner los puntos prioritarios a solucionar; el problema que tenemos es que vemos más problema cuando ya se consumió, no tenemos este lado preventivo; el inicio de consumo no es por azares del destino, sino porque hay antecedentes desde la infancia, en familia, ponerle atención a la parte adolescente".