Gilberto Morales, voluntario de la Cruz Roja Querétaro, se une este año a la peregrinación desde Landa de Matamoros hasta San Juan del Río, combinando su fe como guadalupano con su vocación de asistencia médica.
Morales, quien tiene 43 años y lleva una década en el servicio de la Cruz Roja, destaca por su compromiso con la salud y el bienestar de los peregrinos.
“La peregrinación lleva varios años, pero esta es la primera vez que los acompaño en la Sierra. Inicié en Landa de Matamoros. Procuro estar atento a sus necesidades; algunas veces, como no hay acceso, hay que caminar por el monte. Me gusta caminar y poner en práctica lo que estudié, que es el Técnico en Urgencias Médicas".
Equipado con una bicicleta para facilitar su desplazamiento, Morales permanecerá con los peregrinos hasta San Juan del Río, donde será relevado por sus compañeros.
“Soy peregrino y tengo devoción a la Virgen de Guadalupe. Combino mi vida espiritual con mi labor en la Cruz Roja, que se basa en el principio de humanidad. No tengo ninguna manda específica; mi objetivo es acompañar y asistir a los peregrinos, ya que el servicio me agrada".
Morales también comentó sobre la diversidad de los participantes: “Me gusta ver a viejos y jóvenes; hay personas de 85 años que van sanos y jóvenes que apenas inician".
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Reflexionó sobre cómo ha cambiado la peregrinación en los últimos diez años: “Hay que adaptarse a los cambios de clima y administración. Mi fe y la formación familiar me han dado las bases para decidir ayudar al prójimo. Aliviar el sufrimiento de las personas es mi vocación".
El trabajo de Gilberto Morales es un ejemplo de cómo la dedicación y el compromiso personal pueden combinarse con el servicio comunitario, ofreciendo apoyo y cuidado a quienes participan en esta significativa tradición.