La temporada de otoño ha llegado a San Pedrito Peñuelas, y con ella, las bajas temperaturas que están comenzando a afectar a los habitantes del asentamiento a un costado de la carretera a Chichimequillas, en su IV sección, el cual ha sido hogar de decenas de residentes durante los últimos cuatro años.
A pesar de las advertencias de Protección Civil estatal sobre el riesgo de deslave en la zona y la recomendación de desalojo, los habitantes han optado por quedarse, considerando que es la única vivienda que tienen y que es segura.
Sin embargo, el otoño ha traído consigo temperaturas más frías, lo que ha llevado a los residentes a lidiar con un nuevo desafío: el frío.
Las heladas matutinas y las bajas temperaturas están afectando a la comunidad de este asentamiento, y los habitantes están tomando medidas para prepararse y afrontar el frío que se avecina.
"Las heladas aquí pegan fuerte porque nada más tenemos así las casas. Ahorita con estos fríos estuvo fuerte, pero esperamos a que lleguen los de diciembre y enero, que se ponen muy fuertes y más porque estamos en una zona alta, aquí todo nos llega", refirió Ramiro Valencia, habitante de la zona.
Los vecinos en general han tenido que recurrir a soluciones improvisadas, como el uso de cobijas en las paredes de sus viviendas, para resguardarse de las bajas temperaturas. A pesar de las dificultades, siguen resistiendo y preparándose para finalizar el año en estas condiciones adversas.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
En cuanto a las ocupaciones laborales de los habitantes, la mayoría se dedica a trabajos manuales, como la albañilería, la recolección de materiales reciclables (pepenadores), trabajos de limpieza, obreros y oficios como la herrería.
Asimismo, cabe señalar que la gran mayoría de los residentes de esta zona, son hijos y nietos de los primeros habitantes de la colonia Peñuelas, quienes recientemente se asentaron en la zona, ante la invasión de fuereños, a fin de asegurar vivienda para sus hijos y de evitar que otras personas invadan una zona considerada de alto riesgo por los propios habitantes.
