Viajar en transporte público representa un potencial foco de contagio para el coronavirus, no todas las unidades cuentan con medidas de prevención y la frecuencia de las rutas bajó, también el número de usuarios, pero la mayoría viajan llenas y exponiendo a la gente al virus.
Justo en la semana más crítica donde se estima que aumentará la curva contagios por Covid-19, en el sistema de transporte público no todas unidades aplican medidas como distanciar asientos y cápsulas para los choferes, la mayoría funciona sin ninguna medida y van llenas.
El eje troncal de Constituyentes, uno de los más saturados, bajó el promedio de sus rutas casi a la mitad, hay personas que antes de la pandemia esperaban 30 minutos a que pasara su camión, ahora esperan hasta dos horas.
Lucila Robles es una mujer mayor que usa el transporte urbano desde su comunidad en El Marqués, reconoce que hay temor por los contagios pero no tiene otra opción para comprar algunos medicamentos en el centro de la ciudad.
“Yo vengo desde Pocitos y me bajó en la biblioteca Gómez Morín, la verdad no lo tomé por trabajo, ahora estoy descansada pero vengo por un mandado, aquí lo que ha disminuido es en los horarios, antes era cada media hora cada cuarto, ahora es cada dos horas, claro que tengo miedo, si no tuviera miedo no traería el cubrebocas, muchos lo traen, muchos no, hay quienes tienen duda, pero mientras sí o no, yo me protejo”.
La mayoría de quienes usan el transporte público lo hacen por motivos laborales, nadie se quiere exponer, aunque hay usuarios que viajan sin cubrebocas y otras medidas de protección no hay personal que les obligue a portarlo para subir.
José Lorenzo Arroyo diariamente ocupa el transporte para ir a trabajar, toma el camión desde Santa Bárbara baja en el mercado Escobedo y luego trasborda al Cerrito, dijo que en las últimas semanas ha bajado el número de personas que viajan en el camión.
“Hasta ahorita estoy viendo eso de una persona en casa asiento, está bien, pero de adelante esta igual (a menos de un metro), puedo estar contagiado y contagiar a la persona de adelante, pero está bien”.
Ya avanzada la ruta empieza el subir y bajar de pasajeros, la mayoría se dirige hacia el centro, las principales paradas son las del mercado Escobedo y la Alameda, donde desciende la mayoría de usuarios, ahí es donde Armando Castellanos aborda, con su camisa negra flameada, sus gafas obscuras y guitarra en mano, pareciera un rockero pero entona música ranchera.
El pasado 4 de abril Armando regresó a México, se encontraba viviendo y trabajando de manera ilegal en Dallas, Texas, es mariachi pero la pandemia en el país del norte provocó que la situación estuviera peor que aquí.
“Me he estado manteniendo a través del transporte, muy esporádico debido a las circunstancias pero en realidad es vital para mí el transporte, espero que las cosas salgan bien, lo que gano en los camiones me da salir adelante”.
Al empezar su canción nos recuerda que es 5 de mayo una fecha importante para los mexicanos, de las principales celebraciones para los connacionales en el vecino país del norte, Armando está consciente de que se puede contagiar en los camiones, prácticamente ahí pasa cinco horas al día entre diversas rutas, por lo que su esperanza está en mantenerse sano y fuerte para evitar algún contagio.
En el camión de regreso el ambiente es más festivo, el conductor pone música electrónica, a diferencia de la otra unidad en esta no hay medidas de distancia, va llena y en cada parada sube más gente, no pareciera que estuviéramos atravesando una pandemia.
Fabiola es una joven que toma la ruta de Paseos el Marqués a Constituyentes para dirigirse a su trabajo a Plaza Constituyentes reconoce que tiene miedo de contagiarse pero no le queda otra opción, no puede dejar de trabajar.
“Hay unos que si toman esas medidas que unos si y otros no, hay otros que no les importa pero siento que si están tomando las medidas necesarias y se puede lograr el objetivo de que bajen los contagios”.
Todos apretados en el camión usan cubrebocas, aunque tratan de mantener la distancia no se puede, para que pasara la ruta 69 pasaron casi 50 minutos, el tiempo de espera es mayor y todos quieren regresar a sus casas o a sus trabajos.