Taxistas del Centro Histórico mencionaron que cada vez se sienten más expuestos a los asaltos por parte de algunos pasajeros que al abordarlos los hacen dirigirse a cualquier colonia solitaria para despojarlos de sus ganancias.
Mencionaron que cada vez es más frecuente esta situación, por lo que han decidido abstenerse de llevar gente a colonias como San José El Alto, Menchaca, Lomas de Casa Blanca, Santa Rosa Jáuregui y Bolaños, entre otras, ya que pueden ser blanco de un atraco en cualquier lugar.
“A un compañero lo asaltaron en Cimatario, y eso que es un lugar donde al parecer no hay problemas de inseguridad. La verdad es que ya no sabemos, pero tratamos de estar atentos”, expresó el hombre que se identificó como Juan Carlos.
Él y sus compañeros hacen base en una zona del Centro Histórico y están a la espera de que la gente los aborde en las cercanías de un mercado. Afirman que de día se sienten más seguros, por lo que al terminar sus labores se retiran, las cuales, dijo, inician desde las ocho de la mañana.
Mientras tanto, otro taxista quien platicó que le dicen “El Chato”, se había orillado sobre la avenida Zaragoza para revisar unas de las llantas de su unidad. Ahí, argumentó que no ha tenido malas experiencias, aunque sí ha sabido de otros de sus colegas.
“A uno le quitaron el carro hace como dos años; nomás lo hicieron de maldad, como para ver qué se siente, porque lo encontraron y no le habían hecho nada”, agregó.
Otro de los trabajadores del volante refirió que esto empezó a incrementarse hace cinco años aproximadamente, aunque de manera gradual.
“Antes, era de vez en cuando, pero cada vez son más las experiencias de los compañeros”, indicó el conductor de taxi que presta su servicio en la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ).
➡️ Si quieres recibir las noticias en tu Whatsapp, envía la palabra ALTA
Añadió que en ocasiones le ha tocado presenciar actos delictivos a distancia, por decirlo de una manera, al observar cuando tres o cuatro sujetos roban a un transeúnte, ante lo cual, aseguró sentir impotencia de no poder nada debido a que esas personas pueden estar armadas.
“Hace poco subió un pasajero donde hago base en la terminal, se sentó de copiloto y me llevó a una colonia que se veía muy concurrida. Eso no le importó, porque sacó el arma y forcejeamos. Al ver mi reacción abrió la puerta de su lado y se echó a correr, mientras que igual abrí la puerta de mi lado y me tiré al piso, porque pensé que en la huida iba a dispararme”, comentó el hombre.