La relación entre las nuevas operadoras de transporte público y sus homólogos varones no ha sido la mejor desde su incorporación. Solamente entre ellas se tocan el claxon a manera de saludo, solidaridad o protección, cuando se encuentran en sentido contrario durante el recorrido de las rutas que les corresponde trabajar.
Y es que personal cercano al trabajo de las nuevas operadoras, que son los empleados encargados de socializar con la población, ha expresado que algunas de ellas se han sentido acosadas y presionadas por ciertos operadores interesados en que ellas abandonen su trabajo.
“Algunos están molestos porque solamente a ellas les dieron a que manejaran las unidades nuevas y a ellos no”, indicó un empleado encargado de dar información a los usuarios del sistema de transporte Qrobús.
Por otro lado, se ha comentado que algunos choferes les han dejado letreros ofensivos pegados en los autobuses que ellas conducen, para que cuando lleguen a trabajar los encuentren y esto tenga la intención de desanimarlas, para que luego sean ellos quienes tomen el control ahora de las unidades de reciente modelo.
En una ocasión este medio de comunicación pudo constatar que un operador no le dio el paso a una de las operadoras en un tramo reducido donde se realizan obras sobre Paseo 5 de Febrero. El mismo chofer, metros adelante, sí permitió que pasara el camión de una compañía refresquera sin ningún problema.
“Quizá manejan más despacio, pero siento que les dan mejor trato a los pasajeros”, dijo una usuaria al ser consultada por uno de los mismos socializadores que le preguntaba a la gente qué les parecían las unidades y el servicio que ahora se ofrece en la zona metropolitana.
Además de lo anterior ellas han enfrentado el estrés de algunos automovilistas que la insultan con el claxon; incluso, se atraviesa en su desesperación por querer pasar antes que ellas, lo que también se ha podido constatar en las calles.
Por otro lado, uno de los operadores de la Ruta C56 (antes 84) platicó el viernes pasado a este medio de comunicación que algunos choferes de las unidades antiguas trabajan hasta 18 horas al día, con tal de hacer un doble turno que les permita tener más ingresos.
Reconoció que por eso hay conductores de Qrobús que manejan estresados y por eso son criticados por los usuarios, ya que casi no duermen y ellos mismos que apenas se dan tiempo de comer.
Otra de las empleadas que desde la semana pasada compartía con los usuarios que ya solamente se tendrá acceso a las unidades con la tarjeta de prepago, afirmó que “ha sido difícil cambiar la mentalidad de las personas, pero también de los conductores”.
Argumentó que, si bien se pretende un cambio, éste no podrá ser de la noche a la mañana, sino que se tiene que hacer un trabajo constante para cambiar la cultura de la gente y de los operadores.
Hace unos días, la secretaria del Trabajo, Liliana San Martín Castillo, informó que la salida de 10 operadoras se debió a que no se ajustaban a una dinámica para vivir en la capital al ser originarias de otros municipios.
En ese momento la titular de la dependencia no se refirió a que haya sido por lo antes mencionado; es decir, que tomaran la decisión por estar a disgusto en su trabajo.
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Ha insistido dentro de su plan de trabajo en la contratación de más mujeres para que se encarguen de conducir el máximo de las 400 unidades que estarán en la ciudad a más tardar en enero próximo, de acuerdo con lo que ha dado a conocer el gobernador, Mauricio Kuri González.