2 kilómetros son los que se recorren hasta la cúspide del Cerro del Calvario
Cientos de personas, entre creyentes católicos, turistas curiosos y oriundos de Tolimán presenciaron el tradicional Viacrucis. Este viernes de Semana Santa se respiró libertad y convivencia después de haber vivido dos años de pandemia, la cabecera municipal recobró la vida que le da al comercio las visitas por estas fechas.
El hombre que personificó a Jesús en el recorrido tradicional de Tolimán subió el Cerro del Calvario descalzo, bajo el rayo del sol de mediodía y el calor abrasador, hombres y mujeres de todas las edades atestiguaron la representación de la pasión cristiana en el municipio queretano.
La subida inclinadísima de los callejones que conducen al Cerro del Calvario y la laja, arena y tierra suelta que hay hasta la cúspide fueron recorridos por sandalias, tenis deportivos, botas o pies descalzos, por igual.
Entre rezos, cánticos y la cadencia errática del camino a cuestas, madres con bebés en brazos, niñas y niños pequeños y personas de la tercera edad subieron para presenciar las tres caídas y la posterior representación de la crucifixión.
La cabecera municipal lució abarrotada, los comercios abrieron sus puertas desde temprano para ofrecer sosiego para el sol, bebidas refrescantes y alimentos tradicionales de la región.
El párroco de Tolimán cerró la ceremonia de representación con un llamado a los asistentes a proteger el ecosistema del Cerro del Calvario, sobre todo en cuanto a la limpieza de los caminos.
Durante los dos años anteriores, en 2020 y 2021 el tradicional viacrucis se había suspendido por la contingencia sanitaria derivada de la pandemia de Covid-19. En este contexto es que las familias se reunieron para presenciar la actividad típica de estas fechas en el municipio.
Además de la representación que se lleva a cabo en la cabecera municipal, en comunidades aledañas a la zona también se celebra de manera vívida y presencial en la comunidad de San Miguel Tolimán.