Familiares, amigos y personajes de la política queretana dieron el último adiós al ex gobernador, Antonio Calzada Urquiza, quien dejó un legado para Querétaro y fue uno de los principales impulsores del crecimiento y desarrollo de la entidad.
El templo del Seminario Conciliar lucía lleno, rodeado de flores blancas, coronas y arreglos que recibieron el cuerpo del arquitecto Calzada en una carroza blanca, que llegó a las 13:45 en un féretro color caoba que en todo momento fue acompañado por sus familiares, que portaban una foto enmarcada del arquitecto.
Ex gobernadores como Mariano Palacios Alcocer y Enrique Burgos, políticos del PRI, PAN, Partido Verde, Convergencia y hasta Morena reconocieron con su presencia el aporte y el papel de Calzada Urquiza a la política queretana.
Las palabras del obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz además de consuelo fueron de reconocimiento para un gran hombre que aporto al crecimiento de Querétaro y fue un distinguido político queretano.
“Perder a un ser querido siempre es doloroso para los hijos y la familia y los hijos de Dios que experimentan esta partida deben estar preparados, cuando se es hombre o mujer de fe hay una preparación, cuando tienes una visión trascendente y trascendental de la vida sabiendo que estamos orientados de manera natural y necesario hacia Dios”.
Con mucha nostalgia y el fatídico recordatorio de que todos algún día habremos de partir, se rindió un tributo con aplausos.
Antonio Calzada Urquiza nació el 9 de septiembre de 1931, estudio arquitectura, delegado del IMSS en Querétaro de 1965 a 1970, presidente municipal de la capital de 1970 a 1973 y gobernador del estado de 1973 a 1979, posteriormente, en 1984 fue designado embajador de México en Colombia.