La Asamblea Estatal del PRI en Querétaro se convirtió en un campo de batalla cuando la restricción del acceso provocó un enfrentamiento a golpes, empujones y gritos entre militantes.
El conflicto surgió cuando a varios miembros del partido se les negó la entrada a la Asamblea debido a que no se encuentran dentro de los registros oficiales de militancia.
Según informaron algunos priistas, esta situación se debe a que muchos no renovaron su militancia durante el proceso de 2022.
El evento, que tenía como objetivo escoger a los delegados representativos del PRI en Querétaro y llevar propuestas a nivel nacional para la reconfiguración del partido, se vio empañado por está actos.
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Los enfrentamientos comenzaron cuando los militantes excluidos intentaron ingresar por la fuerza, desencadenando una serie de altercados que requirieron la intervención de la seguridad del evento y de los propios militantes al interior del recinto.