Jaime Olvera Hernández, peregrino guadalupano, originario del municipio de Cadereyta de Montes, empezó su andar en Neblinas, en la Sierra Gorda de Querétaro, su fe y devoción lo ha llevado por más de 10 años en cumplimiento de una manda, ya que la Morenita del Tepeyac lo ayudó a recuperar su salud después de tres operaciones de alto riesgo, en donde tenía pocas posibilidades de vivir.
Dijo que después de haber salido bien de estas intervenciones, se propuso dedicar cada peregrinación a la Virgen de Guadalupe, y que su sudor y esfuerzo fuera para agradecerle pasar el tiempo con su familia.
“Llevo caminando 10 días, yo salí de Neblinas, la fe es muy grande y es lo que nos hace no desistir tener fuerza para los días que nos faltan. Hoy me vino a alcanzar mi familia, pero mi hermano es quien me impulsó a tener fe y confiar mi vida en la Virgen”.
El ferviente peregrino invitó a las nuevas generaciones a involucrarse en este tipo de tradiciones, y que no se dejen guiar por las malas amistades.