Los esquemas de defensa de las defensorías y organismos defensores de derechos humanos se encuentran obsoletos pues se rigen bajo un sistema vertical y autoritario que no garantiza los derechos de las personas, por lo que Bernardo Romero Vázquez, exconsejero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), coincidió en la necesidad de reformar la ley de derechos humanos del estado de Querétaro.
En días pasados el activista Waltter López González dio a conocer que se trabaja, en conjunto con la Defensoría de los Derechos Humanos del estado de Querétaro (DDHQ), en una reforma a la ley para que se garantice la participación de la ciudadanía.
El experto en derechos humanos refirió que, no sólo en el caso de la defensoría local sino también en la CNDH, se debe modificar cómo son nombrados sus titulares, cuáles son sus funciones y cómo son vigiladas las personas titulares.
“No sólo la de Querétaro, el esquema de las defensorías u órganos defensores protectores de derechos humanos es obsoleto a la fecha, tiene ya tres décadas, va para cuatro, no se ha reformado, ustedes pueden ver se han reformado y tienen estructuras administrativas diferentes, los órganos autónomos, el INE, la comisión de transparencia, otros procedimientos y otra forma de organización, el problema primero es cómo son electos”, indicó.
Aseveró que un organismo no puede ser autónomo ni plural si es nombrado por la autoridad, como ocurre en Querétaro al ser elegido, a través de una terna, por el Poder Legislativo; incluso, dijo que ni los órganos universitarios son plurales ni autónomos.
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Abundó que los consejos ciudadanos no tienen facultades suficientes para vigilar el funcionamiento de los organismos públicos y consideró que las defensorías no deben contar con “dientes”, aunque sí ser enfáticas en las recomendaciones que se emiten en contra de las autoridades por violaciones de derechos humanos.
“El otro problema es que son órganos unipersonales, no hay razón para que sean unipersonales, tiene un consejo cada uno de los órganos, pero las facultades de los órganos con mínimas, fui consejero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la señora nunca nos hacía caso, de hecho, esto es muy grave, aprobamos una reforma al reglamento que Rosario nunca publicó”, mencionó.