La Diócesis de Querétaro urge para que servicios con dignidad se brinden dentro de las instituciones de salud, esto en entrevista al obispo, Faustino Armendáriz Jiménez, por información que trascendió respecto a que el Instituto Mexicano del Seguro Social impide entrar a las salas de espera a los familiares de pacientes.
“Creo que todos los hospitales necesitan ampliar sus instalaciones, cuando yo voy a ver a los enfermos veo gente postrada en el suelo, en el suelo, esperando ser atendidos. Yo creo que sí se tiene que poner un foco rojo en todos los hospitales, de tal manera que haya la atención adecuada y de acuerdo a la dignidad de cada persona, para que atiendan con dignidad a estos hermanos, que son muchísimos, y que tienen derecho a ser atendidos, no en los pisos de los hospitales”.
Estimó que la dependencia requiere revisar lo que necesita para mejorar la atención a pacientes y familiares, a fin de lograr las mejoras indispensables.
“Nadie quiere ver a personas que no sean atendidas como lo que son o sea, (es indispensable) que tengan una cama, que el número de enfermos no desborde la capacidad de las instituciones… Las veces que voy a ver un enfermo miro muchísima gente, no solamente dentro de la sala de espera, si no fuera y hasta en la calle, esperando noticias de sus enfermos, ahí es donde tienen que especificar sus controles de quienes pueden estar en las salas de espera… Al fin de cuentas yo sí creo que faltan instalaciones más amplias”.
También rechazó que impedir el ingreso de los familiares a salas de espera pueda ser una respuesta válida para ayudar a la higiene al interior del hospital.
“Lo que tienen que hacer es verificar los sistemas de control, de tal manera que quienes estén ahí sean las persona idóneas”.
INDISPENSABLE LA LABOR SOCIAL
Lo anterior lo declaró posterior a encabezar la homilía en Catedral, en la que urgió a la grey a colaborar en la labor de Dios, pues cualquiera puede ayudar a cubrir las necesidades de aquellos que sufren de hambre o soledad.
Señaló que todos recuerdan el pasaje bíblico de la multiplicación de los panes y resaltan el milagro que realizó Jesucristo, pero para lograrlo fue necesaria la voluntad de la persona que donó tanto los peces como los panes que sirvieron para alimentar a toda la comitiva.
“Lo hizo a partir de la pobreza de la gente y de lo poco que tenían: cinco panes y dos pescados… ¿cuál es la clave? El poder de Dios que hace que muchos crean, que hace que muchos se convenzan de lo prodigioso que es Dios, pero creo que hay un elemento que debemos de destacar: el milagro de compartir”.
Remarcó que se viven tiempos de colaborar con Dios, y que todos pueden, desde su pobreza, ser generosos.
“Cada uno de nosotros lo puede hacer, no multiplicar panes, pero sí compartir con los demás desde la pobreza. El milagro de compartir, hoy, en nuestros días, con tanto individualismo y egoísmo, es realmente un milagro“.
En la ceremonia se contó con la presencia de integrantes de la Escuela de Pastoral en Formación de la fe, a quienes realizó un reconocimiento especial.